La preocupante tendencia al alza de la accidentalidad laboral en España puesta de manifiesto en los últimos años se ha confirmado con la publicación por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social del balance completo de 2017.

Desgraciadamente, los peores pronósticos se han hecho realidad, y pese a contar con legislación en materia preventiva desde hace más de 20 años, los datos dicen que en 2017 un total de 618 personas perdieron su vida en el trabajo como consecuencia de accidentes mortales.

Analizando los resultados de 2017 respecto a los del año anterior, cabe destacar las siguientes conclusiones:

• El número de accidentes que han causado baja ha sido de 583.425, lo que significa una subida del 5,0%. De ellos, 503.749 ocurrieron durante la jornada laboral y 79.676 fueron accidentes in itínere. Por consiguiente, aumentan un 4,9% los accidentes en jornada y un 5,3% los accidentes in itínere.
• El número de accidentes durante la jornada laboral asciende un 4,9% para los leves, un 7,1% para los graves y un 1,7% para los mortales.
• El número de accidentes in itínere leves y graves se incrementa de forma notable (un 5,3% los leves, un 7,7% los graves y un 2,3% los mortales).
• En el balance general por sectores, el índice de Incidencia de accidentes en jornada de trabajo aumenta globalmente en un 1,0%.
• El número de accidentes de trabajo sin baja notificados supone un incremento del 0,7%.
• Los accidentes laborales mortales se han cobrado la vida de 618 trabajadores, lo que implica una subida del 1,8% respecto a 2016. También puede apuntarse un preocupante ascenso de los accidentes mortales en jornada laboral (lo que se traduce en un incremento del 1,7%) y un aumento de los accidentes mortales in itínere (aumentando estos en un 2,3%).

Los números no engañan, todas y cada una de las variables han aumentado, desde las leves hasta las más graves, y un oscuro manto de siniestralidad laboral amenaza con perpetuarse sobre nuestra sociedad si se le sigue dando la espalda a este problema trascendental. La precariedad en el empleo, la temporalidad y los recortes en inversiones preventivas son, entre otros, algunos de los factores que están incidiendo en gran medida en que nuestro país siga cosechando negros años en cuanto a accidentes y daños producidos.

Desde USO, incidimos en la urgente necesidad de garantizar los derechos de trabajadoras y trabajadores en su relación de trabajo, tras años de reformas que han deparado en términos sociales un gran retroceso en este ámbito en la población trabajadora. Ello hace ineludible que los poderes públicos reflexionen sobre esta inquietante tendencia y acometan medidas adecuadas para hacer efectivos, entre otros, el derecho a la integridad física y moral y el derecho a la protección de la salud, ambos inherentes a cualquier relación laboral y con directa incidencia en el bienestar de la ciudadanía en su conjunto y en el de las generaciones venideras.