Hoy, 22 de febrero, Día por la Igualdad Salarial, recordamos que en España las mujeres siguen cobrando menos que los hombres. Las mujeres deben trabajar más para ganar lo mismo por el mismo trabajo o trabajo de igual valor.

La OIT, en su Informe Mundial sobre Salarios 2014/2015, pone de manifiesto que en España la brecha salarial no se explica con elementos objetivos, como pueden ser la titulación, la experiencia profesional o el puesto en el que se trabaja,  que podrían determinar la productividad de la personas y por tanto retribuciones menores. En algunos de estos parámetros, las mujeres están por encima de los hombres, lo que confirma que la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres está más relacionada con prejuicios y estereotipos, contra los que la sociedad debe luchar en su conjunto si no queremos que la brecha salarial sea crónica.

En España, la brecha salarial, es decir, la diferencia entre los ingresos brutos medios por hora de los hombres y las mujeres ocupadas, como porcentaje respecto a los ingresos brutos medios por hora de los hombres, se sitúa en el 19,3% según el último informe de Eurostat 2013, superando la media europea en 3 puntos.

Mujeres, salario y empleo
Las mujeres cobran 6.160,59 euros menos de media al año que los hombres, según la última Encuesta Anual de Estructura Salarial, con datos del 2013. El salario medio anual de las mujeres en España representa un 24% menos que el de los hombres.

Los directores y gerentes, en su mayoría hombres, son el grupo de ocupación con mayor salario medio, mientras que el de trabajadores de los servicios de salud y el cuidado, sector femininizado, es el menos remunerado.

Los últimos datos de Encuesta de Población Activa correspondientes al cuarto trimestre de 2015 nos dejan 2.391.900 mujeres desempleadas situando la tasa de desempleo femenina en el 22,52%. Es la primera vez, a lo largo de la crisis, que la cifra de mujeres desempleadas está por encima de la de los hombres -que alcanza el 19,49%- con una diferencia de 4.300 mujeres más contabilizadas por el INE como paradas.

Si bien la cifra de personas paradas ha disminuido en 678.000, solo una de cada tres era mujer. La población activa ha sufrido un descenso de 25.800 personas y se sitúa en 22.873.700 personas.
La tasa de actividad es un indicador claro de la diferente presencia de hombres y mujeres en el mercado laboral, superadas por los hombres en 12 puntos, con una tasa de actividad del 65% frente al 54% de mujeres.

Ser mujer y tener hijos sigue siendo un gran obstáculo para acceder al mercado laboral y a puestos mejor remunerados. La respuesta a la pregunta, ¿tienes hijos?, en una entrevista de trabajo, no tiene las mismas consecuencias en los hombres que en mujeres y sigue cerrando muchas puertas.

Las mujeres seguimos sin estar en los grupos profesionales más altos de las empresas, grupos mejor pagados, manteniendo el techo de cristal.
El 72% de los trabajos a tiempo parcial los ocupan mujeres, con las consiguientes desventajas a la hora de salarios, cotizaciones, futura pensiones, y refleja que son ellas las que fundamentalmente se siguen ocupando de las responsabilidades familiares. Las reducciones de jornada son solicitadas en su mayoría por mujeres para atender las obligaciones de cuidado de menores y dependientes.

En España llevamos ventaja en algunas medidas para contribuir a esa igualdad salarial, gracias a la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, pionera en Europa, que estableció la obligatoriedad de los Planes de Igualdad en la Empresas de más de 205 trabajadores, instrumento fundamental, a pesar de las dificultades, para corregir las desigualdades retributivas, y en los que los sindicatos somos parte fundamental dada la obligación de negociar y realizar el seguimiento de los mismos.

Qué se puede hacer para acabar con la brecha salarial de género
Los sindicatos tenemos la obligación de contribuir a acabar con la brecha salarial de género. ¿Qué podemos hacer para acabar con la brecha salarial de género?
• Poner fin la segregación horizontal del mercado de trabajo, consiguiendo que los trabajos y sectores feminizados dejen de ser valorados salarialmente por debajo de otros trabajos de igual valor realizados tradicionalmente por hombres, revisando las tablas salariales de los Convenios Colectivos, promoviendo el acceso de las mujeres a puestos tradicionalmente masculinos.
• Acabar con la segregación vertical, poniendo fin a la escasa presencia femenina en los puestos directivos.
• Potenciar en las negociaciones colectivas y planes de igualdad medidas que faciliten la conciliación y la corresponsabilidad.

Desde USO manifestamos nuestra rotunda oposición a las desigualdades por razón de género y tenemos una gran labor, dificultada en estos últimos años gracias a la reforma laboral, para que el principio de igualdad retributiva sea efectivo. A través del contacto con nuestros delegados y delegadas y los trabajadores podemos seguir denunciando situaciones discriminatorias que permitan ir haciendo esta sociedad un poco más justa.

Tenemos que seguir luchando para analizar las retribuciones medias anuales de cada uno de los conceptos salariales, incluidos los complementos salariales, que nos permitan detectar las causas de la brecha salarial y aplicar medidas que la corrijan. La labor de la USO en las mesas de negociación y seguimiento de los planes de Igualdad es fundamental para conseguir que el principio de igualdad retributiva sea real, pero no es suficiente ya que los planes sólo son obligatorios para las grandes empresas.

Las diferencias retributivas entre hombres y mujeres son un problema para toda la sociedad. Acabar con la brecha salarial nos permitirá seguir creciendo como sociedad.