Los refugiados son las personas que huyen de sus países por diversas causas, persecución, conflicto bélico, etc. Según los datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), a mediados del año pasado ya se superaban las 70 millones de personas desplazadas de manera forzada.

Las refugiadas, por ser mujeres, en muchas ocasiones, en su huida, han sufrido además del desgarro de abandonar su país, maltratos y abusos. También se está incrementando el problema de los menores no acompañados.

En España, según los datos del Informe Anual de CEAR para el año 2017, se presentaron 31.120 solicitudes de protección internacional, la más alta desde que se implantó la ley que desarrolló en el ordenamiento jurídico este asunto (1984), poco después de la recuperación de las libertades en España y dejamos de ser un Estado que generaba exiliados entre su ciudadanía.

Pero aún siendo también la cifra más alta de concesiones de refugio ese año desde 1984, sólo se concedió a 595 personas el estatuto de refugiado y a 4.675, algún tipo de protección internacional, acumulándose más de 40.000 expedientes pendientes de resolución. Todas esas cifras, tanto absolutas como relativas, se encuentran muy alejadas de otros países europeos.

La USO siempre ha estado comprometida con las personas refugiadas, formando parte de nuestra lucha por la consecución de la justicia social. Resolver o paliar el drama de personas que huyen de sus hogares es uno de nuestros objetivos como sindicato. Por ello, USO es miembro fundador de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y, junto con otras organizaciones, participa en diversas plataformas de apoyo a los refugiados que tratan de incidir en las administraciones locales y en la sociedad para la resolución de las facetas vitales de las personas refugiadas, vivienda, trabajo y programas de inclusión social, etc., y también para visibilizar las causas que originan los dramas de los refugiados.