Los sindicatos griegos han llevado a cabo en la última jornada una huelga general, con objeto de intentar evitar los planes que supondrían miles de despidos más en el sector público, introducir nuevos impuestos a los trabajadores, recortar salarios y eliminar protecciones al empleo. La huelga ha sido convocada por la central sindical CSEE, afiliada a la CSI, y la agrupación de sindicatos de funcionarios ADEDY. Los sectores de la educación y los
servicios municipales podrían ser los más afectados por los nuevos recortes.

Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, ha manifestado que “las medidas de austeridad aplicadas en Grecia constituyen un estrepitoso fracaso. Nuevos recortes no harán sino empeorar la situación social catastrófica y bloquear aún más la economía. Los impulsores de la
austeridad han causado cuatro años de recesión. Con dos tercios de los jóvenes actualmente desempleados, esto representa uno de los ejercicios más ineptos de política pública en la historia reciente”.

 

La GSEE ha acusado a la “Troika”, integrada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, de estar empujando a las familias hacia la pobreza y la devastación, y exige “políticas para combatir el desempleo y luchar contra la evasión fiscal, en lugar de la imposición
de nuevos impuestos sobre los ciudadanos ya empobrecidos”.

La CSI representa a 175 millones de trabajadoras y trabajadores en 156 países y territorios y cuenta con 315 organizaciones afiliadas nacionales.