La Confederación Europea de Sindicatos (CES) se ha mostrado indignada por la reacción de muchos gobiernos ante la crisis humanitaria generada por los flujos migratorios hacia Europa -que han aflorado con los recientes casos de las naves Aquarius y Lifeline-. Así lo ha hecho ver en la reunión de su Comité Ejecutivo, reunido los días 25 y 26 de junio en Sofia, donde ha adoptado una declaración sobre la emergencia de los refugiados y solicitantes de asilo y la integración de los inmigrantes en el mercado laboral y en la sociedad europea.

Javier de Vicente, secretario de Acción Internacional y Desarrollo Sostenible de USO, que ha participado en esta reunión, ha respaldado sin reservas le declaración de la CES “ya que está en perfecta sintonía con nuestros valores”, ha comentado. Además, De Vicente ha asegurado que “desde USO luchamos de forma permanente contra la discriminación hacia la población inmigrante; fomentamos su integración plena en la sociedad con igualdad de oportunidades; denunciamos y combatimos la explotación laboral; combatimos las actitudes sexistas, racistas y xenófobas e integramos en nuestras estructuras a los trabajadores y trabajadoras inmigrantes”.

Con vistas al Consejo Europeo del 28 de junio, la USO une su reivindicación a la de la CES al reclamar a los gobiernos europeos que adopten por fin una política migratoria común basada en los valores de la UE y dotada de instrumentos legislativos vinculantes. De hecho, los acuerdos voluntarios de reparto de la carga migratoria pactados hasta la fecha entre los Estados han quedado en vía muerta. Por otra parte, en materia de acción exterior, la cooperación y las ayudas financieras de la UE a los países de origen deben apuntar a la creación de empleo decente y de oportunidades económicas que mejoren la vida de los candidatos a la emigración, evitando el abandono de sus países.

Para la CES estamos no sólo ante una grave crisis de los valores mismos del proyecto europeo sino también ante graves vulneraciones del derecho europeo e internacional. Los acuerdos pactados por la UE con Turquía y Libia para que actúen de filtros de los flujos migratorios y la descarguen de sus responsabilidades son indignos. Es inaceptable que las únicas soluciones sean la construcción de muros y vallas, el cierre de los puertos y el refuerzo de las guardias fronterizas. La UE debe volver a ser un ejemplo para el mundo al liderar la adopción de el Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular.

La política migratoria que demandan los sindicatos para Europa tiene que ir a la par de estrategias de recuperación económica que reactiven las inversiones en el crecimiento sostenible, la inclusión social y el empleo de calidad. Estos son pre-requisitos esenciales para contrarrestar la retórica nacionalista y xenófoba que obstaculiza la integración de los migrantes en el mercado laboral y en la sociedad y divide a los trabajadores, dejando así rienda suelta a la explotación laboral.

La resolución de la CES asegura que “en el marco de nuestro deber sindical de defensa de los derechos humanos, laborales y sociales de todos los trabajadores, y junto con los demás interlocutores sociales, nuestras organizaciones deben utilizar todas las herramientas de la acción sindical para integrar plenamente a los migrantes en nuestras sociedades y mercados laborales. También es nuestra responsabilidad fomentar la solidaridad, informar y educar a nuestros afiliados y al gran público, dejando claro que necesitamos la inmigración para solucionar las penurias de mano de obra, que ya existen en diversos sectores, y fortalecer nuestros sistemas de seguridad social debilitados por el envejecimiento de la población”.