La CSI ha condenado los planes israelíes de construir otras 1.000 viviendas en asentamientos de Jerusalén Este y la Cisjordania ocupada. Sharan Burrow, secretaria general de la CSI ha declarado que “con esta medida ilegal y provocadora, el gobierno de Benjamin Netanyahu está tratando a la comunidad internacional con un desprecio total y sigue vulnerando los derechos y destruyendo el modo de vida de los palestinos y palestinas. Los gobiernos de todo el mundo deberían responder reconociendo formalmente al Estado de Palestina y actuando para acabar con cualquier forma de participación de la comunidad internacional en la construcción y manutención de dichos asentamientos ilegales”.

Más de 100 países ya han reconocido formalmente al Estado Palestino y los parlamentos de muchos otros Estados también están aprobando mociones simbólicas al respecto. La semana pasada, el Senado irlandés aprobó una resolución para reconocer al Estado de Palestina, tras el anuncio del gobierno de Suecia de que tiene planes para reconocer formalmente a Palestina y una moción de reconocimiento aprobada por una abrumadora mayoría del Parlamento de Reino Unido a principios de este mes.

Burrow defiende que “el reconocimiento simbólico debe llevarse a la práctica, para que la solución de los dos Estados, tantas veces prometida, pueda convertirse en realidad. Existen motivos de sobra para que los palestinos y palestinas reciban el reconocimiento internacional y ningún motivo para que la decisión se retrase aún más. El statu quo actual constituye una amenaza para la paz y la estabilidad en la región y una negación de los derechos humanos para el pueblo palestino”.

La CSI también apoya el llamamiento que hizo la Autoridad Palestina al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para que la ONU otorgue un estatus de protección especial a Palestina. “La comunidad internacional debe asumir su responsabilidad y ayudar a reconstruir la franja de Gaza. Asimismo, la comunidad mundial debe convertir en acciones reales el estancamiento político que pone trabas al progreso para salir del atolladero”, concluyó Burrow.