Desde USO llevamos años denunciando la precariedad del mercado laboral en España que, a pesar de las nuevas contrataciones, sigue golpeando en el día a día a jóvenes y adultos en sus expectativas laborales. Y esta precariedad que sufren los trabajadores tiene sus consecuencias en el aumento de la siniestralidad laboral.

Algunos datos que nos deja esta precariedad:

  • En cuanto a los accidentes producidos;

– En 2017 en nuestro país 618 personas perdieron la vida en el trabajo como consecuencia de accidentes mortales (frente a 607 en el año 2016).

– En 2017 aumentaron un 5,0% respecto a 2016 los accidentes que causaron baja, y del total de los producidos subieron un 4,9% los accidentes en jornada y un 5,3% los accidentes in itinere. Es decir, han subido mucho tanto los accidentes durante el trabajo como los accidentes al ir o volver del trabajo.

  • En cuanto a las enfermedades profesionales;

– En 2017 el número de enfermedades profesionales ascendió a un total de 21.188 (frente a las 20.600 del año 2016). A modo orientativo, diez años antes, el total se situaba en 16.791 (dato del año 2007).

– El hecho de que las sentencias judiciales estén reiteradamente reconociendo casos de enfermedades profesionales que habían sido negadas por las Mutuas y el INSS aumenta más si cabe la trascendencia de este indicador.

  • En cuanto a la temporalidad;

– Al cierre de 2016 del total de 3.279.598 contratos registrados en los Servicios Públicos de Empleo por empresas de trabajo temporal, por sexo y modalidad del contrato, 2.172 fueron indefinidos, 1.440.864 por obra o servicio, 1.760.405 fueron eventuales por circunstancias de la producción, 74.569 de interinidad y 1.588 se correspondieron con otros contratos temporales. Estos datos muestran como los contratos temporales representan las formas mayoritarias de contratación.

– Al cierre de 2016 para cualquier rango de edad laboral hubo más contrataciones por empresas de trabajo temporal que en el año anterior. Concretamente según datos del MEYSS;

o De 16 a 19 años hubo 82.0679 (frente a 62.990 en 2015).
o De 20 a 24 años hubo 489.570 (frente a 408.009 en 2015).
o De 25 a 29 años hubo 554.724 (frente a 512.851 en 2015).
o De 30 a 34 años hubo 523.771 (frente a 519.707 en 2015).
o De 35 a 39 años hubo 552.389 (frente a 523.011 en 2015).
o De 40 a 44 años hubo 465.424 (frente a 414.663 en 2015).
o De 45 a 49 años hubo 316.753 (frente a 267.995 en 2015).
o De 50 a 54 años hubo 189.474 (frente a 154.861 en 2015).
o De 55 a 59 años hubo 82.013 (frente a 64.422 en 2015).
o De 60 y más años hubo 23.411 (frente a 18.203 en 2015).

Como puede verse, los números no engañan y la tendencia al alza de accidentes y enfermedades en nuestra población trabajadora va también acompañada de un aumento de las contrataciones de carácter temporal que se están produciendo como modelo habitual de creación de empleo.

Desde USO alertamos de la necesidad de actuación por los poderes públicos frente a esta realidad laboral que está potenciando la fuga de talentos al extranjero, aumentando las dificultades para la estabilidad laboral de nuestra población trabajadora y mermando su salud en el devenir diario. Con la prevención no se juega.