El 4º Congreso de la CSI se ha clausurado con la reelección de Sharan Burrow como secretaria general. Con una larga trayectoria en el mundo sindical, Burrow ha ocupado previamente los cargos de presidenta y secretaria general de esta organización.

Las jornadas previas han estado marcadas por un intenso debate. Las dos candidatas, Sharan Burrow, australiana y secretaria general saliente, y Susanna Camusso, secretaria general de la CGIL, principal sindicato italiano, han defendido sus posturas y visión en cuanto a las necesidades y retos dentro del sindicalismo mundial. El resultado ha sido muy justo, ganando finalmente la candidatura de Burrow con un 52% de los votos.

En este congreso, la USO ha sido reelegida como miembro del Consejo General de la CSI, cuyo porcentaje de paridad ha sido cumplido con un 41% de mujeres en el organismo. El congreso ha aprobado también la Declaración en la que se establece su programa reivindicativo y los nuevos estatutos que regirán a la organización durante los próximos cuatro años. Junto a otras organizaciones, la USO presentó 12 enmiendas a la Declaración sobre diferentes temas: desarrollo sostenible, poder afiliativo para empoderar a los trabajadores o la importancia de reforzar la negociación colectiva, entre otros.

Joaquín Pérez, secretario general de USO, ha valorado el desarrollo del Congreso considerando que “la CSI sale reforzada desde la pluralidad, la unidad y la solidaridad del movimiento sindical mundial, con una apuesta para cambiar las reglas, para proponer políticas y acciones comunes para dignificar el empleo, construir un mundo más justo y preparar el mundo laboral presente y futuro”.

Esta nueva etapa estará centrada principalmente en defender un cambio en el rumbo del sistema económico, la implantación de salarios mínimos dignos, o el seguimiento de las violaciones de los derechos humanos y sindicales, entre otros asuntos. También, ante la próxima Conferencia Internacional del Trabajo, la elaboración, desde la OIT, de un convenio internacional sobre el acoso y la violencia en el trabajo; poner a las personas en el centro del mundo laboral y a las mujeres en condiciones de igualdad.

“Sin duda, un futuro digno debe pasar por apostar por acuerdos internacionales que garanticen la protección social y el empleo de calidad, que articulen una lucha efectiva contra la pobreza, la esclavitud, la explotación infantil, la desigualdad, la persecución del fraude fiscal y la especulación comercial”, ha añadido Pérez.