La Unión Sindical Obrera está presente en la Conferencia sobre la “Salud de las mujeres y el trabajo”, organizada por la ETUI, e inaugurada por Bernadette Sègol, secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos, quien ha destacado la importancia que tienen para los sindicatos europeos las políticas de salud laboral. Sin embargo, durante los años de la Comisión Barroso, estas políticas han pasado a un segundo plano, y con ellas la aspiración a que los puestos de trabajo en Europa sean saludables y de calidad.

Desde la USO creemos que las condiciones de trabajo han empeorado en los últimos años, y que la prevencion de riesgos laborales es una de las grandes afectadas por la crisis. Desgraciadamente este hecho lo notamos ya en nuestro día a día y en las Estadísticas de Siniestralidad Laboral del Ministerio de Empleo, en las que lamentablemente tenemos que ver como aumentan los accidentes en el trabajo ante la inacción del Gobierno.

La primera de las expertas que han intervenido en la Conferencia, Colette Fagan, de la Universidad de Manchester, ha destacado cómo la crisis está afectando de forma diferenciada a la salud de las mujeres, y cómo los riesgos laborales afectan de manera distinta en función del género.

La diferente exposición se debe a factores diversos. Entre ellos, la naturaleza de las tareas desarrolladas, o las responsabilidades familiares, que siguen asumiendo mayoritariamente las mujeres, con las consecuencias que esto tiene en cuanto a reducciones de jornada, progresión laboral, y riesgos psicosociales por la doble presencia (responsabilidades casa-trabajo).

Las mujeres estamos más expuestas a tareas de atención al publico, al acoso y a atención sexual no deseada. Son pocos los sectores donde la presencia de hombres y mujeres es paritaria y normalmente las mujeres estamos empleadas en sectores más precarios y con menor articulación sindical.

Es evidente que existen diferencias en los tipos de empleo según el género, que los riesgos a los que estamos expuestos son distintos, e incluso ante exposiciones similares las consecuencias son diferentes a causa de otros factores. Todo esto hace necesario tener en cuenta el género a la hora de realizar las evaluaciones de riesgos, en las que no se debe dar por sentado, como habitualmente se hace, que las exposiciones son idénticas.

Katherine Lippel, de la Universidad de Ottawa, ha destacado la dificultad de reconocimiento de la enfermedad profesional en profesiones feminizadas, como la limpieza, o la invisibilidad de las mujeres en los estudios epidemiológicos laborales, de los que las mujeres muchas veces se ven excluidas, como se deduce de la investigación que han llevado a cabo desde su Universidad.

Desde la USO defendemos que estos aspectos sean tenidos en cuenta en las políticas preventivas, para que éstas sean eficaces en la protección de la salud del conjunto de trabajadores y trabajadoras.