El secretario general de USO, Joaquín Pérez, espera que la nueva ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, “se centre, entre otras medidas urgentes, en atajar la temporalidad del empleo en España. Aunque mes a mes hemos visto cómo ha bajado el número de desempleados registrados, hay una constante en el mercado laboral de nuestro país, y es que la mayoría de esos puestos que se crean son temporales e incluso efímeros”.

Los últimos datos del SEPE, conocidos la semana pasada y que corresponden al paro de mayo, reflejaban que solo uno de cada diez contratos que se formalizan en España es indefinido. “Pero es que, además, este tipo de contrato no supone, como antaño, el camino hacia un empleo estable. Ahora lo habitual es encadenarlos eternamente. De hecho, tenemos una de las tasas de conversión de temporales a fijos más baja de toda Europa, de solo un 8%, cuando la media es del 24% e incluso países del sur de Europa, como Turquía, Portugal y Rumanía, se mueven en torno al 20%”, continúa Joaquín Pérez.

Por todo ello, el secretario general de USO afirma que “la recuperación y las nuevas iniciativas legislativas deben pasar por el incremento de la calidad de empleo, que revertirá asimismo en cada ámbito de la economía. Lo decíamos hace poco más de un mes en las calles: el empleo de calidad es la deuda pendiente con los trabajadores tras la crisis”.

La temporalidad repercute directamente en los salarios. Según datos de la agencia estadística comunitaria, Eurostat, los trabajadores indefinidos tienen un 11% más de sueldo que los temporales, algo que a la larga llega también a las pensiones. “Y en España, según la Seguridad Social, un trabajador tarda casi ocho años en pasar a indefinido. Esto significa que durante una década de su vida laboral es especialmente precario”, analiza Joaquín Pérez.