Los trabajadores de las plantas de Avilés, A Coruña y San Ciprián realizaron hoy una marcha a pie por las dos márgenes de la ría del Eo hasta encontrarse sobre el puente de la N-640 en A Veiga (Vegadeo), antiguamente única vía de comunicación por carretera entre Asturias y Galicia. Unos 1.000 trabajadores y familiares de la planta de Avilés salieron de Castropol a las diez de la mañana, remontando la orilla derecha de la ría, mientras que unas 300 camisetas naranjas se veían caminando por la otra orilla procedentes de Ribadeo. A ellos se unieron centenares de personas en A Veiga, además de los propios veigueños que recibieron la marcha por las calles del pueblo.

Hoy era la primera jornada de huelga convocada por los comités de Alcoa por la amenaza de cierre de A Coruña y Avilés, a la que se unieron los trabajadores de San Ciprián, que, como insistían en la intervención final en la plaza del ayuntamiento de Vegadeo, “somos la misma empresa, el cierre de Alcoa en Avilés y A Coruña es también un peligro para nosotros y tenemos que defendernos y apoyarnos todos”.

Los comités de empresa, de amarillo los asturianos y de naranja los gallegos, se encontraron en el centro del puente entre abrazos y ánimos “de un camino común. Aquí venimos por dos orillas para acabar en el mismo punto, símbolo de que estamos en el mismo barco y remamos en la misma dirección, que es la de salvar los puestos de trabajo de ambas fábricas”, explica Alberto Grijalbo, secretario del comité de empresa de Alcoa-Avilés y secretario general de la sección sindical de USO.

Tras la reunión fallida ayer en Madrid debido al temporal que impidió viajar a los trabajadores de A Coruña, “en la de mañana esperamos avanzar, porque el tiempo corre en nuestra contra y ahora mismo la última reunión está fijada para el 27 de diciembre, tenemos que pelear, en primer lugar, para estirar el período de consultas hasta el 15 de enero y que nos dé tiempo a demostrarle a la empresa que las plantas son viables”, continúa Grijalbo. En este sentido, “no vale únicamente con lo que hagamos los trabajadores, uno de los mayores escollos para continuar con la actividad es la errática política energética e industrial de este gobierno y de los anteriores. Pero ahora ya no hay tiempo: los trabajadores les exigimos que actúen de forma inminente, porque ahora mismo lo único real que tenemos sobre la mesa si persiste la inacción es el despido colectivo de los 700 trabajadores de Avilés y A Coruña”, apostilla el secretario general de USO en Alcoa-Avilés.