• El IPC no subía por encima del 2% desde 2018

  • La electricidad sube este mes un 10% y los carburantes, el 7,4%

  • No es el momento de subir impuestos indiscriminados, sino de redistribuir la carga de la recuperación

Los precios de abril se han disparado como no se conocía de forma reciente en los datos del IPC. La tasa anual aumenta el 2,2% y, con respecto a marzo, 1,2%. Hay que remontarse a los meses centrales de 2018 para encontrar subidas por encima del 2%. Y se daban en un contexto que por entonces se llamaba “de recuperación”, no en plena crisis de ingresos y desempleo para la población trabajadora.

La energía, en todas sus variantes, es la culpable de este encarecimiento intolerable de la vida diaria. “La electricidad ha subido un 10% y los combustibles para transporte, un 7,4%. Todo esto, en un contexto el que se habla de volver a subir impuestos indiscriminadamente, gravando y regravando las necesidades más básicas, en lugar de calibrar qué actividades generan grandes fortunas en nuestro país mientras dejan calderilla en impuestos y empleo”, clama Joaquín Pérez, secretario general de USO.

En cuanto al resto de variables que recoge el INE, este mes sigue subiendo la alimentación en casi todos sus grupos, y otras necesidades cotidianas, como el vestido.

“En muchas comunidades autónomas, la subida de precios ronda el 3%, una inflación característica de zonas en desarrollo, y no de la Unión Europea. Por lo tanto, las medidas de recuperación y las políticas fiscales no pueden ir en una dirección diferente a lo que padece la población. Ya no se puede estirar más la renta familiar buscando la solución fácil de subir impuestos indirectos o la contribución de las rentas del trabajo: gravar las rentas del capital y los ingentes beneficios de las tecnológicas debe dejar de ser un tabú y afrontarse con valentía”, pide el secretario general de USO.

NdP USO IPC abril 2021