Los fallos en las pulseras antimaltrato evidencian posibles brechas que hacen obligatorio contar con sistemas y protocolos de respaldo
Los fallos en el sistema Cometa, vinculado a las pulseras llamadas “antimaltrato”, han hecho saltar todas las alarmas sobre si la protección de las víctimas está siempre garantizada. Una de las formas más eficaces de protección de las mujeres víctimas de violencia de género son esas pulseras antimaltrato. A través de ellas, se verifica el alejamiento de los agresores y las supervivientes de violencia de género. En estos días, se han evidenciado fallos en el sistema Cometa, vinculados a la migración del sistema, debido al traspaso de su gestión a una nueva empresa. Esta situación provocó la inaccesibilidad a datos del sistema, que, según el Ministerio de Igualdad, fueron incidencias puntuales que no ocasionaron la desprotección de las mujeres.
Ante este contexto, muchas mujeres víctimas de violencia de género están experimentando miedo y situaciones de incertidumbre respecto del funcionamiento de las pulseras. La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, no obstante, indica que no se debe caer en la alarma social, puesto que el sistema es fiable y ninguna mujer con dispositivos ha sido asesinada.
Sin embargo, este episodio pone en evidencia la vulnerabilidad del sistema de protección de las mujeres víctimas de violencia de género, ya que las apuestas de seguridad se centran en un sistema tecnológico que no es infalible. Si bien es cierto que las pulseras antimaltrato son una estrategia eficaz, no debe ser la única. La inquietud de las mujeres beneficiarias de este esquema de protección es innegable y no se terminará con ella con palabras, sino con acciones.
Fortalecer el sistema de protección
Desde USO, hemos solicitado reiteradamente a las autoridades competentes que se fortalezca el sistema de protección para las víctimas de violencia de género. Si queremos tener resultados contundentes contra esta lacra social, no podemos solo aplicar las mismas fórmulas que se han llevado a cabo y que han demostrado no erradicarla. Necesitamos alternativas y medidas complementarias que garanticen la seguridad integral de las mujeres que han experimentado violencia de género.
No basta con pedir perdón por las fallas ocasionadas por la migración del sistema: es necesario fortalecer el esquema de supervisión de la operación del mismo y otorgar verdaderas garantías a las víctimas. No debemos perder de vista que las mujeres supervivientes a la violencia de género experimentan procesos complejos que se agravan ante una actuación institucional débil. Es por ello que es esencial que se garantice la no repetición de fallos en el sistema o contar con protocolos de respaldo claros.
No cuestionar las violencias machistas
Por otra parte, condenamos el uso político y la difusión de información malintencionada que se ha realizado en torno a esta situación. No se trata de lucrar y aprovechar estos errores para obtener beneficios partidistas y atacar deliberadamente a las políticas contra las violencias machistas, se trata de poner en el centro a las víctimas y garantizar su seguridad.
En ese sentido, solicitamos urgentemente que se establezcan protocolos y medidas de supervisión y coordinación adecuada para garantizar integralmente la seguridad de las víctimas, es increíble que con las capacidades públicas de España, se tenga tanta dependencia de los operadores privados. Además, es necesario establecer medidas complementarias a las pulseras y garantizar la transparencia en los datos generales de operación del sistema, para evitar opacidad y discrecionalidad de sus vulnerabilidades.
No basta con disculpas y buenas intenciones, necesitamos garantías para las mujeres víctimas de violencia de género.
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