El 26 de junio se conmemora el Día Internacional contra la Droga y desde USO apostamos por actuar frente a las adicciones, también, en el entorno laboral

USO está comprometida con la sensibilización acerca de la realidad del consumo de drogas y las adicciones en el ámbito laboral. Según datos de la OCDE, las adicciones causaron 934.000 jornadas laborales perdidas en 2017. El 25 % de accidentes de trabajo se relaciona con el consumo de alcohol y otras drogas, según la OIT.

Las personas con problemas de consumo de drogas presentan un absentismo laboral de 2 a 3 veces superior, perdiendo unos 45 días de trabajo al año, según el último informe de la OEDA. El 92,3 % de las personas trabajadoras afirma que no han recibido, en el último año, información acerca de los riesgos o prevención del consumo de alcohol u otras drogas desde el medio laboral.

Cómo actuar y prevenir el consumo de droga en el trabajo

Afrontar el consumo de drogas y otras conductas adictivas en la empresa no es tarea fácil. Los sindicatos consideramos las adicciones un importante problema para la persona, tanto en su ámbito profesional como personal.

Según el tipo de actuación en el ámbito de la salud laboral y la prevención de riesgos laborales, nos encontramos con los siguientes tipos de empresa:

  • Reactivas, sólo actuarán si detectan un caso de consumo excesivo; si se producen conflictos internos o con sus clientes, una disminución de la capacidad profesional o daños personales o materiales.
  • Formalistas: se centrarán en prevenir los daños de origen laboral, sin ir más allá de lo estrictamente obligatorio centrándose en los puestos de trabajo considerados críticos para la seguridad.
  • Proactivas: se anticiparán a los posibles problemas evaluando la situación y proponiendo medidas para optimizar las condiciones de trabajo antes de que aparezca cualquier tipo de daño o conflicto, ofreciendo información y formación amplia en relación con las adicciones.
  • Generadoras: centrarán su actuación en la promoción de la salud y bienestar de las personas trabajadoras, la prevención de las adicciones, asistencia, recuperación y el retorno al trabajo de los casos que se produzcan.

Programa sobre consumo: pautas para diseñarlo

Los programas sobre consumo de drogas y otras conductas adictivas están integrados en programas de salud y bienestar globales. En el marco ideal para la integración de estos programas:

  • Existe una política por escrito basada en un concepto de salud integral y centrada en las personas, que se integra en el plan de prevención de riesgos laborales.
  • Se promueve el compromiso y la participación de todos los agentes implicados y existen elementos que favorecen la toma de decisiones compartidas.
  • Se dispone de recursos dedicados a la salud y bienestar que reciben formación y colaboran con consultores u organizaciones externas especializadas.
  • La continuidad de las intervenciones en salud está asegurada, se evitan acciones puntuales o cosméticas.
  • Se consideran los factores de riesgo y de protección a todos los niveles, relacionados con:
    • La organización del trabajo como el trabajo a turnos y nocturno, las jornadas prolongadas, la sobrecarga de trabajo con pausas y descansos insuficientes, poca perspectiva de promoción y movilidad funcional frecuente.
    • El puesto de trabajo con trabajos monótonos, aislados o peligrosos, bajo condiciones climatológicas adversas y acceso a las sustancias por proximidad.
    • El medioambiente laboral por conflictividad o inestabilidad laboral, un ambiente de gran competitividad o una cultura permisiva.

A través de la negociación colectiva, en los comités de Seguridad y Salud, se deben articular estos planes de intervención y prevención que incluyan información y formación para las personas trabajadoras, así como mecanismos desde un enfoque preventivo que ayuden a las personas afectadas en su rehabilitación y así conseguir la reinserción en su puesto de trabajo, evitando la estigmatización de la persona enferma.

Medidas preventivas para las adicciones

En USO, entendemos que las pruebas de detección de consumo de drogas no son medidas preventivas sino que buscan demostrar la habitualidad del consumo de la persona trabajadora. Por ello, no deben ser admitidas en estos planes preventivos ni se deben adoptar medidas coercitivas o disciplinarias, ya que son personas enfermas y así deben ser tratadas.

Estas políticas reportan beneficios tanto a las plantillas como a la empresa y, en definitiva, a toda la sociedad, que se traducen en:

  • Una reducción de la siniestralidad y las enfermedades, especialmente las crónicas.
  • El aumento de la productividad empresarial y, correlativamente, una disminución del absentismo y del presentismo. Por cada euro invertido se genera un retorno de la inversión de entre 2,5 a 4,8 euros en absentismo y 2,3 a 5,9 euros en costes de enfermedad.
  • Una mejora del clima laboral, la motivación y la participación.
  • La identificación con los valores de la empresa y, por tanto, la retención de talento y la disminución de la rotación.
  • Mejora la reputación de las personas trabajadoras, de las empresas y de la comunidad donde éstas se ubican.
  • Disminuye los costes sociales sanitarios, hasta un 26%, de seguridad social y de seguros, y contribuye a la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía.

Los delegados de prevención juegan un papel importante en el ámbito de las adicciones en el centro de trabajo. Así, deben estar atentos, cuando se evalúen los riesgos laborales, a la identificación de los puestos de trabajo donde se da la existencia de factores que puedan aumentar el riesgo de iniciarse o consolidar una conducta adictiva, para favorecer intervenciones tempranas.