USO sigue reclamando el fortalecimiento la prevención, identificar y apoyar a las víctimas de trata de personas

El 30 de julio se conmemora, como cada año, el Día Mundial contra la Trata de personas, una fecha para concienciar sobre esta esclavitud del siglo XXI que en 2022 ya sumaba 50 millones de víctimas.

El lema que ha establecido la ONU para este 2023 es “Llegar a todas las víctimas de la trata sin dejar a nadie atrás”. El objetivo, concienciar sobre el descenso en la detección de las víctimas de trata, dejando a muchas personas en el camino víctimas de la pobreza y los desplazamientos forzados causados por las crisis mundiales, los conflictos y la emergencia climática.

Aumenta el riesgo de trata de personas

Las crisis mundiales, los conflictos y la emergencia climática aumentan el riesgo de trata al provocar un aumento de los desplazamientos y de las desigualdades. Las personas migrantes, que sufren pobreza, que tienen un acceso limitado a la educación y a la atención sanitaria o a un trabajo digno, que sufren discriminación, violencia o abusos o provienen de una comunidad marginada, tienen más probabilidades de acabar siendo objeto de la trata.

Todos los días, en todos los países del mundo, los tratantes explotan a personas para obtener ganancias. Más del 70 % de las víctimas de trata detectadas son mujeres y niñas, mientras que un tercio son menores.

El Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) de 2022 recoge los principales puntos clave de esta lacra:

  • Aumenta la impunidad en los países de origen. Este aumento se traduce en un mayor número de víctimas de trata hacia más destinos. Los países del África Subsahariana y de Asia Meridional condenan a menos tratantes y detectan a menos víctimas en comparación con el resto del mundo. Al mismo tiempo, las víctimas de estas regiones se identifican en una gama cada vez más amplia de países de destino en comparación con las víctimas de otras regiones. Entre las medidas a adoptar por los Estados Miembros de la ONU está reforzar las medidas para una migración segura y ordenada desde el África Subsahariana y el Asia Meridional, además de la identificación proactiva de las víctimas y el refuerzo de los esfuerzos específicos destinados a desmantelar los grupos delictivos transnacionales.
  • La guerra y los conflictos son terreno fértil para los tratantes. Los conflictos aumentan el número de víctimas de trata de personas explotadas dentro y fuera de las zonas de crisis. La situación de emergencia de los refugiados de Ucrania elevó los riesgos de trata para la población ucraniana desplazada. A su vez, la mayoría de conflictos actuales se producen en África y Oriente Medio. Como consecuencia, la mayoría de víctimas resultantes de los conflictos son originarias de estos países. Naciones Unidas insta a sus Estados miembros a garantizar a las poblaciones afectadas por los conflictos un acceso seguro a los servicios esenciales y a la ayuda humanitaria, que mejoren las medidas de desmovilización y reintegración de los niños reclutados por las fuerzas armadas y que mejoren la formación del personal militar, de la ONU y de mantenimiento de la paz en materia de lucha contra la trata de personas.
  • El cambio climático multiplica los riesgos de la trata. La emergencia climática aumenta la vulnerabilidad a la trata de las personas al actuar como multiplicador del estrés. En 2021, 23,7 millones de personas se vieron desplazadas internamente por catástrofes naturales inducidas por el clima. Muchas otras, cruzaron fronteras para escapar de la pobreza inducida por el clima. Ante el aumento de la trata entre la población afectada por las consecuencias del cambio climático, la ONU recomienda que los Estados miembros garanticen a las personas afectadas por el cambio climático el acceso a recursos efectivos y medios de adaptación para disfrutar de una vida con dignidad humana, así como integrar las medidas de lucha contra la trata en la ayuda humanitaria de emergencia para los migrantes inducidos por el clima e invertir en el aumento de la resiliencia de los medios de subsistencia y las oportunidades de las comunidades vulnerables al cambio climático.

No dejar a nadie atrás

Por primera vez en veinte años, el número de víctimas de trata de personas ha descendido, debido, en parte, a que la pandemia ha dificultado las oportunidades provocando que ésta se vuelva más clandestina, limitando la aplicación de la ley para combatir este delito.

El deterioro en la detección se percibe especialmente en los países en desarrollo. Las tasas de detección cayeron un 11 % en 2020 y las condenas un 27 %, indicando una ralentización mundial de la justicia penal a la trata. El aumento de la clandestinidad dificulta la detección y es por ello que el 41 % de las víctimas que consiguen escapar acuden a las autoridades por iniciativa propia, lo que demuestra que las medidas contra la trata se quedan cortas.

Este año, el lema “Llegar a todas las víctimas de la trata sin dejar a nadie atrás” evidencia que dejar atrás a las personas significa no poner fin a la explotación de las víctimas de trata, no apoyar a las supervivientes una vez liberadas de sus traficantes y dejar a determinados grupos vulnerables ante los traficantes.

USO, con las víctimas de trata

Desde USO nos unimos a las demandas de las Naciones Unidas hacia los gobiernos, las fuerzas del orden, los servicios públicos y la sociedad civil para mejorar la evaluación y los esfuerzos para fortalecer la prevención, identificar y apoyar a las víctimas y poner fin a la impunidad.

Para acabar con la trata es necesario reforzar la resistencia contra la explotación y los problemas socio-económicos y culturales subyacentes que la propician.

En el sector económico es necesario crear mecanismos para penalizar a aquellas empresas que puedan estar beneficiándose, de manera indirecta a través de sus proveedores, del uso de la trata. USO apoya la aprobación de una Directiva de diligencia debida ambiciosa que puede sirva para acabar con esta lacra en el ámbito laboral.