Ha acabado el Mobile World Congress de Barcelona y es hora de echar números. Toca mostrar la cantidad de visitantes que ha habido, lo que ha aumentado la facturación en el sector servicios, la tasa de ocupación hotelera y, cómo no, los puestos de trabajo que se han generado.

13.000 han sido las personas que han trabajado durante los cuatro días que ha durado el Congreso, pero ¿hay que celebrar esos trabajos temporales? No olvidemos que tras el cierre de MWC esas 13.000 personas volverán a la situación de desempleo a la espera de otra feria o del comienzo de la campaña turística. Sinceramente, no hay motivos para celebrar esos empleos.

Estos empleos creados, en su mayoría, siguen las líneas del empleo temporal, precario y sexista. Temporal porque es un empleo que dura lo que dure la feria o congreso en cuestión. Precario porque la mayoría de estos empleos están pagados conforme al SMI y muchos de ellos por debajo. A ello hay que sumar las largas jornadas de trabajo, llegando en muchos casos a las 10-11 horas de duración; la ausencia de medidas de prevención de riesgos laborales y, en algunos casos, sobre todo en hostelería, sin contrato, por lo que además del cobro en b de los salarios no hay una cotización a la Seguridad Social que beneficie al trabajador o trabajadora. Y sexistas, sí, también se crean empleos sexistas; mujeres para hacer trabajos de azafatas y relaciones públicas, limpieza, restauración, etc.; hombres para explicar características técnicas de los móviles, seguridad, etc. Se vuelve a los roles “tradicionales” y sexistas de las capacidades por sexos y no por conocimientos o habilidades, independientemente del sexo.

La mayoría de los puestos de trabajo son ocupados por jóvenes que buscan en estas ferias una oportunidad laboral o una pequeña fuente de ingresos para ayudar con la economía familiar, poder pagar parte de sus estudios o poner un pequeño parche a la pobreza que sufren. A la vista de estos empleos, desde Juventud USO creemos que no hay nada que celebrar ni festejar en lo que a datos de empleo se refiere.

El MWC de Barcelona es un caso, pero FITUR en Madrid y las diferentes ferias que se celebran en las principales ciudades españolas son otros ejemplos en los que la precariedad laboral es latente. Organizadores y administraciones solo venden datos de visitantes, tasa de ocupación hotelera, facturaciones y puestos de trabajo creados, pero no detallan que esos trabajos son precarios, por lo que no son datos buenos sino más bien datos a analizar y deben hacernos recapacitar. Desde Juventud USO denunciamos que se venda como bueno una creación de empleo que en su sombra lleva temporalidad, precariedad y sexismo. Ese no es el camino para salir de la crisis ni el camino para el empoderamiento juvenil.