La incidencia de las tecnologías en los sistemas de trabajo y su repercusión en la salud, fue uno de los asuntos de interés sobre el que se profundizó en el seminario internacional EZA, celebrado esta semana.

Javier Pla, técnico de Prevención de USO, encargado de impartir esta ponencia, incidió sobre la evolución histórica de las formas de trabajo a lo largo del tiempo, con mención especial al gran impacto que en su momento supuso la Revolución Industrial. A continuación, puso el foco en la gran revolución tecnológica de las últimas décadas, a través de la cual la información fluye con inmediatez y en gran volumen, aumentando las exigencias mentales en multitud de puestos de trabajo.

En segundo lugar, Javier Pla centró la atención en el gran aumento que se está produciendo de los riesgos psicosociales en los lugares de trabajo relacionados con el mal uso de las tecnologías o su incorrecta implantación, con frecuencia vinculada a la vulneración de obligaciones legales de base en el ámbito preventivo, como la del cumplimiento del deber de consulta y participación, la de evaluar en el origen los cambios que implican las aplicaciones que se introducen en los sistemas de trabajo, la de implantar desde el inicio medidas para adaptar el trabajo a las personas, o la de formar adecuadamente a quienes van a utilizarlas.

También destacó algunos de los principales daños para la salud ligados a la introducción incontrolada de tecnologías en los sistemas de trabajo, tales como, la ansiedad, el estrés crónico, el “burnout” y otros trastornos bien diversos que pueden estar relacionados con su mal uso en las organizaciones, como los cardiacos, respiratorios, gastrointestinales, cutáneos, endocrinos, musculoesqueléticos o los del sistema inmunitario en su conjunto.

Finalmente, su intervención culminó con algunas de las principales medidas de referencia a tener en cuenta por las empresas para crear entornos de trabajo más seguros y saludables, resaltando la necesidad de que estas se anticipen preventivamente al impacto que implican los cambios tecnológicos en las condiciones de trabajo como aspecto fundamental para salvaguardar la salud de trabajadoras y trabajadores.

Para ello la implantación de tecnologías en los sistemas de trabajo debería posibilitar un equilibrio correcto entre el tiempo de duración de la jornada laboral y las tareas encomendadas a realizar, teniendo en cuenta, entre otras cuestiones, su mayor o menor dificultad y la cantidad de información a gestionar. Asimismo, una buena implantación tecnológica debería garantizar el ejercicio efectivo del derecho a la desconexión digital, la conciliación de la vida familiar y laboral, la dignidad, la igualdad y el cumplimiento con la normativa de protección de datos.

Digitalización y salud laboral
La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo (European Agency for Safety and Health at Work) participó también en el seminario EZA, con la intervención de Annick Starren, project manager de la misma, quien expuso un panorama completamente actualizado sobre los cambios tecnológicos producidos socialmente en Europa y cómo estos han ido modificando también las condiciones laborales, introduciendo también con ellos nuevos puestos de trabajo que antes no existían.

También dejó claros algunos de los principales desafíos que están trayendo consigo estos cambios, como los de combatir los riesgos ergonómicos o los riesgos psicosociales ligados a la no desconexión del trabajo. Finalmente hizo hincapié en las oportunidades con que contamos para evitar daños derivados del trabajo relacionados con los riesgos introducidos por los cambios tecnológicos.