Reforzar la productividad y promover un crecimiento inclusivo y sostenible ha sido el lema este año del Foro de la OCDE, celebrado del 31 de mayo y el 1 de junio en París. En dicho Foro participó USO, representado por Santiago González

El leitmotiv del foro de este año, la productividad, es relevante. Se ha observado que la productividad en las últimas décadas ha crecido a un ritmo menor, la mitad, que en décadas anteriores. Pero también se ha observado cuantitativamente que la desigualdad ha crecido en esa o más alta proporción. Es decir, que ha habido una reducción del porcentaje de salarios en el conjunto del valor de lo producido en estas décadas. Y también que las multinacionales pagan una menor cantidad de impuestos en términos proporcionales a las pymes, y se ha reducido la progresividad de los sistemas fiscales.

En resumen, ha crecido la desigualdad y la exclusión en todos los países, compatible con un crecimiento general e ingresos medios, siendo la distancia entre los déciles superior e inferior de posesión de renta y riqueza cada vez mayor.

En el Foro de la OCDE, en sus diferentes debates, y en la presentación del informe sobre las Perspectivas Económicas, se ha hecho énfasis en varios aspectos:

  • La necesidad de invertir. Se calcula que si los países incrementasen ahora un 0,5 % del PIB en inversión, el crecimiento económico para ese país se incrementaría unas décimas más. Pero, si además, este incremento de inversión se realizase por parte de todos los países, al mismo tiempo, calculan que el crecimiento se incrementaría otras dos décimas más. Ángel Gurría, que recientemente ha renovado por tercera vez su mandato como secretario general de esta institución, mostró su convicción acerca de que los ajustes presupuestarios serían más fáciles ahora, dado que los tipos de interés son muy bajos y que el aumento absoluto de deuda se corregiría con su descenso relativo al incrementarse el PIB en las cifras que anteriormente comentamos. El periodo de consolidación fiscal de los estados ha cubierto una etapa y la política monetaria ya está alcanzando sus límites. Por eso, hay que utilizar políticas fiscales y presupuestarias. Las inversiones crearán empleo, éste facilitará el aumento de la recaudación fiscal y los estados podrán satisfacer las deudas.
  • Mejorar el comercio y suscribir más acuerdos de libre comercio. Revisar la formación y la cualificación profesional para que se adecue a las demandas de las empresas. Invertir en investigación e innovación. Mantener estabilidad macroeconómica y seguridad jurídica. Todo ello facilitaría las inversiones y el crecimiento de la productividad.
  • Este incremento de la productividad tendría que favorecer el empleo, las rentas salariales, incrementaría la recaudación de impuestos y disminuiría la desigualdad y pobreza.

La OCDE manifiesta estar preocupada por la desigualdad, a la que señala como una rémora del crecimiento, pero al final hace un planteamiento: ‘preocupémonos por la productividad’ –que es fundamental para la mejora de la sociedad- y es sinónimo de crecimiento, ‘pero no focalicemos la atención sobre la elusión fiscal de las multinacionales o los paraísos fiscales’. Entiende la OCDE que el libre comercio es un factor donde todos ganan, aunque muestra la necesidad de compensar a los sectores perdedores, pero olvida que además de los bienes o servicios comercializados, parte del flujo financiero del comercio se puede ir por otros circuitos y no beneficiar completamente a los países productores; además obvia el diferente comportamiento fiscal desleal de las multinacionales con respecto a las pymes; o la no universalización de las normas laborales y sociales o la diferente nivel de compromiso hacia la minoración de la emisión de contaminantes por lo que reclamar el libre comercio sin explicitar, para resolver, ciertos problemas, oculta distorsiones que pueden generar muchas pérdidas a sectores, países y personas no contabilizadas en esos análisis.

Por otro lado, es cierto que la OCDE ha hecho estos años avances en la gobernanza fiscal con el programa BEPS pero la voluntad política de los gobernantes, véase la continuidad de opacidad y vigencia de paraísos fiscales sitos en los principales países de la propia OCDE, desvela una hipocresía o una impotencia o ambas que no tienen justificación y contradicen sus orientaciones.