Un informe de la OIT concluye que la menor creación de empleos llevará a las personas trabajadoras a coger trabajos precarios, mal pagados y sin protección laboral ni social

La desaceleración económica provocará una menor creación de empleos y los que se generen serán precarios. Esta es la conclusión que se arroja del informa publicado por la OIT, “Perspectivas Sociales y del Empleo en el mundo: tendencias 2023”, en el que también se apunta a que los trabajadores se verán obligados a aceptar estos trabajos para vivir, lo que contribuirá a aumentar las desigualdades sociales.

Según las estimaciones que maneja la OIT, la creación de empleo aumentará tan solo el 1% en 2023 -menos de la mitad que en 2022- mientras que desempleo mundial aumentará en unos 3 millones este año, hasta alcanzar 208 millones de desempleados (equiparable a una tasa de desempleo mundial del 5,8 %).

La oferta de trabajo será limitada, por lo que subirá el desempleo y también los empleos precarios. A escala mundial serán 16 millones de personas desempleadas más que en 2019.

Trabajo decente para alcanzar la justicia social

El informe de la OIT también se detiene en la calidad del empleo como una de las principales preocupaciones a nivel mundial, señalando que “el trabajo decente es primordial para facilitar la justicia social”.

La desaceleración económica que vamos a vivir obligará a muchos trabajadores a aceptar empleos precarios, de peor calidad, insuficientemente remunerados, y, en ocasiones, sin contar con las horas de trabajo necesarias o la suficiente protección de la seguridad y salud laboral. A esta situación del empleo se suma el aumento de los precios y el estancamiento o ligeros aumentos de los salarios, que no permiten hacer frente al aumento del coste de la vida, lo que puede aumentar el número de personas en situación de pobreza.

Déficit mundial de empleo

También la OIT presenta una nueva metodología para determinar las necesidades no satisfechas en materia de empleo: el déficit mundial de empleo. Abarca tanto las personas desempleadas como las personas que desean trabajar pero que no buscan empleo activamente, por falta de motivación o por cumplir con otras obligaciones, especialmente de cuidados. El déficit mundial de empleo registrado en 2022 fue de 473 millones de personas, alrededor de 33 millones de personas más que en 2019.

Estanflación: riesgos para la productividad y la recuperación del mercado de trabajo

En la situación de estanflación se dan a la vez una inflación elevada y un crecimiento económico insuficiente. Los precios suben y ese crecimiento coexiste con tasas de desempleo elevadas.

En este escenario, la situación de las mujeres y los jóvenes en el mundo del trabajo es difícil. A nivel mundial, la tasa de participación de las mujeres en el trabajo alcanzó el 47,4 % en 2022, frente al 72,3 % de los hombres. Por cada hombre económicamente inactivo haya dos mujeres en la misma situación.

Los jóvenes de hasta 24 años también afrontan graves dificultades para encontrar y mantener un empleo digno, y la mayor parte de los que encuentran son empleos precarios. Su tasa de desempleo es tres veces superior a la de los adultos.

USO, junto con la CSI, insta a incrementar los salarios

La Confederación Sindical Internacional (CSI), de la que USO forma parte, apoya el incremento de salarios para hacer frente a los graves desafíos económicos. La mejor forma de apoyar a los trabajadores por parte de los Gobiernos es a través de la mejora del nivel de vida, la creación de empleo y el freno al trabajo infantil.

Entre las medidas imprescindibles a implementar están la adopción de salarios mínimos, la mejora de la protección social y el apoyo a una negociación colectiva que contribuya a mejorar los salarios en el sector privado.

USO apoya la aplicación de un nuevo contrato social, como propone la CSI, para que los Gobiernos aporten la justicia económica necesaria para los trabajadores, consiguiendo:

  • Formalizar al menos mil millones de empleos informales.
  • Ampliar la protección social e invertir en servicios públicos, especialmente en sanidad, educación y formación, la economía de los cuidados y la innovación.
  • Crear puestos de trabajo decentes y respetuosos con el clima como parte de una transición justa.