Ante el anuncio del Ministro de Economía y Competitividad, Luís de Guindos, tras la reunión del ECOFIN en Grecia, país asolado por la Troika, de que los 11 países que conforman la cooperación reforzada para la introducción de un Impuesto de Transacciones Financieras (ITF) lo implanten efectivamente en el año 2015, la Campaña por un Impuesto a las Transacciones Financieras: ITF ¡YA! – Paraísos Fiscales ¡No! (ITFya) (*), considera que el camino emprendido es parsimonioso y timorato y deja muchos interrogantes para su implantación definitiva y generalista.

Aceptando como positivo que los 11 países de la cooperación reforzada, a la que se podrían unir más, hayan fijado una fecha, 2015, como comienzo de la implantación del impuesto y que hayan fijado un plan, que califican de gradual, de aplicar primero a las transacciones de las acciones al contado y en el mercado de derivados, antes de aplicarlo a otros activos financieros, consideramos que debiera ser aplicado con los principios de emisión y residencia como propuso el Parlamento Europeo, es decir gravar todas aquellas operaciones en las que una de las partes resida en uno de los once países que aplicaría la tasa, en lugar de utilizar sólo el principio de emisión, y consideramos también que, inicialmente, debiera abarcar tanto el mercado de divisas como el de acciones.

Con respecto al destino de los ingresos esperados, que el Ministro señala que debieran ir a cada país de la cooperación reforzada, la Campaña ITF ya –Paraísos Fiscales ¡No!, no se pronuncia, aunque considera más apropiado que formase una bolsa común y que se repartiese en función demográfica para programas sociales, ambientales y de cooperación al desarrollo.

La Campaña ITF ya – Paraísos Fiscales ¡No!, reitera que la doble finalidad del impuesto es evitar la especulación financiera y controlar los movimientos de capital y, con sus ingresos, fortalecer la economía sostenible y la cohesión social.

Considera, asimismo, que España debiera legislar una ley, aunque fuera posteriormente reformada, sobre un Impuesto de Transacciones Financieras, como ya lo han hecho desde hace años, Francia e Italia y así, paliar el déficit social que hay en nuestro país.