Tras meses de protestas, por el despido de los chóferes de la línea 49 de La Asunción (Paraguay) por querer formar un sindicato, a partir del día 18 de noviembre, los compañeros de la empresa “La Limpeña”, han sido informados que ya pueden retirar del Ministerio de Trabajo de Paraguay, la Resolución MTESS N° 44, por la cual se inscribe de forma provisional al Sindicato de chóferes y empleados de la empresa de transporte “La Limpeña” S.R.L. –Línea 49.

La demanda de reincorporación de los 37 compañeros despedidos por el pedido de reconocimiento del Sindicato, ha tenido una solución parcial en el sentido de que el 80% de ellos se los reincorporó y al resto se los está derivando a otras empresas de la actividad para incorporarlos a sus plantas de chóferes. La empresa “la Limpeña” pertenece al diputado Celso Maldonado que ha demostrado su falta de respeto a las mínimas normas legales con el apoyo del propio Gobierno.

El sindicalismo internacional hizo una campaña en todo el mundo, que llegó a la OIT, ante la vulneración de la empresa del derecho a sindicalizarse y la pasividad del Gobierno paraguayo para cumplir sus obligaciones y hacer respetar la libertad sindical.

Ante el despido de los promotores del sindicato y de todos los trabajadores que se habían afiliado, hubo un número de ellos que el 22 de julio se crucificaron y cosieron sus bocas y se instalaron frente a las oficinas del Ministerio de Trabajo paraguayo. Eso hizo que desde diversos sindicatos y organizaciones sociales de todo el mundo, entre ellos USO y SOTERMUN, se manifestasen ante las embajadas paraguayas y reclamasen al Gobierno paraguayo que se involucrase en la resolución del conflicto y se hiciera cumplir la libertad sindical y la readmisión de los trabajadores despedidos.

Los sindicatos de los países del Mercosur, que tienen como socio a Paraguay, advirtieron que no participarían en sus instancias si no se resolvía este asunto, señalando que no tendría sentido foros de diálogo social mientras se vulneraban los principios más elementales de democracia.