USO muestra su apoyo a los enfermos de esclerosis múltiple, visibilizando las dificultades que sufren en el ámbito laboral y en el reconocimiento de su incapacidad y jubilación

El 18 de diciembre es el Día Nacional de la Esclerosis Múltiple en España, una celebración impulsada por la Asociación Española de Esclerosis Múltiple y sus 46 organismos miembros. Desde USO queremos sensibilizar sobre el sufrimiento, visible e invisible, que provoca esta enfermedad así como sobre las dificultades que sufren los enfermos para desarrollar su vida laboral y para el posterior reconocimiento de su incapacidad y jubilación.

¿Qué es la esclerosis múltiple?

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmunitaria que afecta el cerebro y la médula espinal y afecta, en mayor medida a las mujeres. El trastorno se diagnostica con mayor frecuencia entre los 20 y 40 años de edad, pero se puede observar a cualquiera.

Es necesario conocer los diferentes tipos de esclerosis múltiple que existen, porque puede ayudar a las personas a comprender cómo puede evolucionar su enfermedad:

  • Síndrome Clínico Aislado: es un primer episodio, que dura al menos 24 horas, de síntomas neurológicos causados por la inflamación y desmielinización en el sistema nervioso central.
  • Esclerosis Múltiple Remitente Recurrente (EMRR): es la forma más frecuente y afecta aproximadamente al 85 % de los enfermos. Los síntomas asociados a los brotes aparecen durante un período de tiempo (días, semanas o incluso meses) y luego van mejorando o desapareciendo. Los brotes son imprevisibles y los síntomas que producen pueden ser nuevos o ya conocidos por el paciente.
  • Esclerosis Múltiple Secundaria Progresiva (EMSP): entre un 50-70 %, de las personas diagnosticadas con EMRR desarrollarán a la larga la forma secundaria progresiva, en la que hay un empeoramiento de la función neurológica a lo largo del tiempo.
  • Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva (EMPP): se caracteriza por un empeoramiento progresivo de la función neurológica. Entre el 10-15 % de las personas con esclerosis múltiple son diagnosticadas de EMPP. Supone la acumulación de discapacidad desde el comienzo de los síntomas, sin recaídas o remisiones tempranas.

Esclerosis múltiple: un largo camino al diagnóstico

El diagnóstico de esclerosis múltiple puede llevar algunos meses, aunque gracias al uso de una tecnología cada vez más sofisticada, este periodo de tiempo se va acortando. Los primeros síntomas de la enfermedad suelen ser difíciles de identificar y pueden comenzar cinco años antes del diagnóstico. Entre ellos se pueden dar problemas de visión; cosquilleo y entumecimiento, dolor; espasmos y temblores; fatiga o debilidad; problemas de equilibrio o mareos; problemas cognitivos y trastornos del sueño.

Algunas personas con esclerosis múltiple grave pueden perder la capacidad de caminar sin ayuda o de caminar por completo, mientras que otras pueden experimentar largos períodos de remisión sin que aparezca ningún síntoma nuevo.

Adaptación del puesto de trabajo

Los trabajadores a los que se les diagnostica esclerosis múltiple, pero esta no tiene un carácter tan grave como para que se emita una incapacidad temporal por contingencias comunes, deben comunicar el diagnóstico a la empresa y a los delegados de prevención. Así, a través del servicio de prevención, debe iniciarse el procedimiento de adaptación del puesto de trabajo o cambio del mismo, si procede.

Para poder adaptar el trabajo a la persona, es importante que el personal médico del servicio de prevención conozca la relación existente entre el grado del daño neurológico y el grado de menoscabo funcional y considerar algunos aspectos respecto a la enfermedad y el trabajo, como son:

  • Evitar la exposición a temperaturas por encima de los 27 grados, ya que se producirá un aumento de la temperatura corporal, lo cual ralentizaría la conducción nerviosa y, por consiguiente, el agravamiento de los síntomas.
  • Para aquellos casos que padezcan epilepsia, evitar actividades de riesgo.
  • Salvo periodos de reagudización no está indicado el reposo laboral.
  • Es deseable una situación de trabajo más que la inactividad prolongada, salvo en el caso de profesiones con importantes requerimientos físicos.
  • Valorar reducir la carga de trabajo si precisa más tiempo para realizar cada tarea.
  • No prolongar la jornada laboral, reduciéndola si es preciso o reorganizar de modo que las tareas que requieran más actividad física sean realizadas en las primeras horas del día.
  • Mayor número de momentos de descanso.
  • Realizar nocturnidad/turnicidad tendría que ser valorado de acuerdo al grado de menoscabo y valorar si está recibiendo algún tipo de tratamiento específico que dificulte su aplicación o manejo en el lugar de trabajo.

Observación del procedimiento por parte de los delegados de prevención

Los delegados de prevención deberán observar el procedimiento para denunciar las irregularidades, aportar medidas preventivas u organizativas y comprobar que no se produce menoscabo en la dignidad de la persona en la adaptación del puesto de trabajo o en el posible cambio de puesto.

La esclerosis múltiple puede dar lugar a lesiones estratégicas del sistema nervioso central que podrían dar un grado de menoscabo leve, pero que son determinantes para el desempeño de un trabajo en concreto. En este caso, el resultado sería de incapacidad total para el trabajo habitual.

Dentro de la acción protectora de la jubilación existe una regulación específica para los trabajadores afectados por discapacidad. Se trata de la posibilidad de reducir la edad jubilación para las personas con un grado de discapacidad igual o superior al 65% o igual o superior al 45%. La esclerosis múltiple está recogida en el art. 2 del Decreto 1851/2009 como enfermedad neurológica y se establece la edad de 56 años para acceder a la anticipación de la edad de jubilación cuando el grado de discapacidad reconocido sea igual o superior al 45%.