El 5º Congreso de la Confederación Sindical Internacional (CSI) celebró su acto de apertura en Melbourne, Australia, con la presencia de la delegación de USO

Bajo el lema “Un nuevo contrato social”, ha comenzado el 5º Congreso de la CSI en Australia. El movimiento sindical internacional establecerá en Melbourne sus prioridades para hacer frente a las múltiples crisis a las que se enfrenta el mundo a través de un nuevo contrato social con empleos y protección social.

Más de 1.000 sindicalistas en el Congreso de la CSI

El Congreso Mundial de la CSI reúne cada cuatro años a más de 300 centrales sindicales nacionales para establecer el programa sindical global. Más de 1.000 sindicalistas, en representación de cerca de 200 millones de trabajadores procedentes de 130 países se encuentran congregados en el parlamento mundial de los sindicatos.

USO ha enviado una delegación encabezada por el secretario general, Joaquín Pérez; con la secretaria general de Cataluña, María Recuero; la secretaria de Internacional y Desarrollo Sostenible, Carmen Alejandra Ortiz; y la técnica del área de Internacional, Laura Adam. Joaquín Pérez y María Recuero realizarán una intervención en el marco del Congreso en la que compartirán las cuestiones que más preocupan al sindicato actualmente, como son la guerra en Ucrania y sus consecuencias en suelo europeo; así como la crisis social y energética en la que nos hallamos inmersos.

El acto de apertura contó con intervenciones de la comunidad indígena de Australia, como la del senador laborista por Australia Occidental y anciano yawuri, Pat Dodson, quien destacó que las Primeras Naciones siempre han tenido mucho en común con las aspiraciones del mundo sindical, al luchar desde hace siglos por el reconocimiento, por la justicia y por la paz.

Otros oradores destacados fueron Ayuba Wabba (NLC Nigeria), presidente de la CSI; Michelle O’Neill, Presidenta de la central sindical australiana ACTU y Sally McManus, secretaria general de ACTU.

Un nuevo Contrato Social para recomponer un mundo fracturado

Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, enfatizó en su discurso los enormes desafíos que tienen los sindicatos por delante. El aumento de los países en crisis, junto con la caída en la confianza en la democracia, supone un grave peligro para los derechos. La encuesta mundial de la CSI de 2022 revela que los trabajadores confiarían más en su Gobierno si este tomara medidas para mejorar sus condiciones de vida. Por ejemplo, el 60 % de los trabajadores indica que crecería su confianza si se incrementara el salario mínimo y el compromiso con el trabajo decente.

La crisis económica y el aumento de la desigualdad es otro de los aspectos clave para los sindicatos a nivel mundial. Dos años después de la pandemia, los trabajadores se enfrentan a una crisis de empleo, de ingresos y de costo de la vida. El salario del 42 % de la población mundial está muy por debajo del nivel de vida, mientras que el 10 % de los más ricos aglutina el 76 % de la riqueza.

A nivel mundial, la riqueza se ha multiplicado por tres, pero la mayoría de los trabajadores sigue viviendo en el umbral de la pobreza. Sin embargo, solo con el 0,25 % del PIB mundial se podría cubrir la protección social a nivel mundial.

La emergencia climática, en primera línea sindical

Otro de los temas principales en el Congreso es la emergencia climática. Mientras que en todo el mundo se viven situaciones meteorológicas extremas, la avaricia de las grandes corporaciones sigue siendo una traba para frenar el cambio climático. Al mismo tiempo, como señala la encuesta realizada por la CSI, el 76 % de los trabajadores está preocupado por cómo los empresarios garantizarán sus trabajos. La CSI defiende que los procesos de la economía verde deben hacerse respetando las normas internacionales del trabajo.

Ante todos estos retos, USO respalda el proyecto impulsado por la CSI de apostar por un nuevo contrato social que sustituya el actual, que se encuentra totalmente fracturado. Este contrato social debe incluir todos los elementos clave que permitan una vida digna a los trabajadores en todo el mundo: transición justa con empleos verdes; derechos laborales; salarios adecuados al coste de la vida; protección social universal, inclusión e igualdad. Pero todo ello debe hacerse de forma efectiva, de modo que se lleven a cabo transformaciones reales y no un simple lavado de cara.