El sindicato exige que las políticas contra el cambio climático integren justicia social, empleo digno y participación sindical de cara a la COP30 de Brasil
En el Día Internacional contra el Cambio Climático, desde la Secretaría de Internacional y Desarrollo Sostenible reafirmamos una idea sencilla y contundente: sin planeta habitable no hay empleo posible, y sin transición justa no habrá apoyo social suficiente para transformar nuestro modelo productivo. El sindicalismo tiene que estar dentro, no al margen, del diseño, la financiación y la evaluación de las políticas climáticas.
La evidencia científica es inequívoca: 2024, el año más cálido jamás registrado
Las principales organizaciones internacionales confirman que 2024 fue el año más cálido del registro. El calentamiento medio global alcanzó 1,55 °C respecto a la era preindustrial. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) y Copernicus advierten que el periodo 2015–2024 engloba los diez años más cálidos. La acumulación de calor oceánico y el ascenso del nivel del mar siguen batiendo récords.
Además, en 2025 la OMM ha constatado un nuevo máximo histórico de CO₂ atmosférico. Se trata del mayor salto anual desde 1957. Esto incrementa el riesgo de fenómenos extremos y, también, acerca puntos de no retorno en ecosistemas críticos.
La IPCC, el organismo científico de las Naciones Unidas encargado de evaluar la ciencia del cambio climático, lanzó una advertencia clara: el mundo aún se encuentra en una “ventana de oportunidad que se cierra rápidamente” para actuar de forma decidida. Según su ciclo de trabajo más reciente, las emisiones globales deben alcanzar su pico antes de 2025. Luego deben caer muy rápidamente. Por ejemplo, en torno al 43% para 2030 respecto a los niveles actuales. Esto es necesario si se desea mantener viva la meta de limitar el calentamiento a 1,5°C por encima de niveles preindustriales.
En su Sesión 62 de febrero de 2025, el IPCC aprobó los esquemas de los tres informes para su Séptimo Ciclo de Evaluación (AR7). Subrayó que la ciencia está ya “muy avanzada” en identificar riesgos crecientes. Sin embargo, el tiempo para planificar y ejecutar medidas de adaptación, mitigación e inversión se está agotando.
Impactos en España: más calor, más riesgos y la urgencia de adaptarse
En España, 2024 fue el tercer año más cálido de la serie, con 15,1°C de media. El periodo 2022–2024 es el trienio más cálido registrado. Distintos estudios estiman miles de muertes por calor cada verano en Europa y centenares/miles en España. Solo en 2024, unas 2.000 muertes por exceso de temperatura.
En emisiones, el Avance del Inventario Gases de Efecto Invernadero (GEI) 2024 señala un descenso leve del total nacional frente a 2023, situando las emisiones brutas un 38,5 % por debajo de 2005. No obstante, el transporte volvió a ser el primer emisor con el 33,3 % del total y repuntó un 2,1 % interanual.
COP30: 30º edición de la conferencia mundial anual de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC)
La COP30, que se celebrará en Belém (Brasil) del 10 al 21 de noviembre, marca un punto de inflexión por varios motivos. En primer lugar, el mundo entra en una fase crítica para cumplir los objetivos del Acuerdo de París: mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2°C y, preferiblemente, en 1,5°C. En segundo lugar, el país anfitrión, Brasil, tiene una enorme responsabilidad en la conservación del Amazonas, lo que sitúa el encuentro en un territorio clave desde el punto de vista ecológico, social e indígena.
En este contexto, USO se suma con firmeza al llamamiento de los líderes de la UE para reclamar más apoyo a la industria en su transición hacia la neutralidad climática. Esa transición debe concretarse con inversión estratégica, recalificación laboral y acompañamiento social. La COP30 representa, por tanto, una oportunidad decisiva para incorporar las reivindicaciones del movimiento sindical. Las políticas climáticas deben atender la urgencia medioambiental, pero también garantizar empleo digno, formación, protección social y condiciones laborales justas en todos los sectores implicados.
De cara a la cita, existe un moderado optimismo. Muchos países han anunciado nuevas metas nacionales, y las tecnologías para la transición —energías renovables, transporte limpio, conservación de bosques— ya están disponibles y listas para ampliarse. Además, celebrar la cumbre en Brasil abre la puerta a que América Latina y el Caribe ganen protagonismo en la agenda climática global.
Sin embargo, también hay motivos para la cautela. Un informe de la UE sobre la conferencia advierte de “brechas de ambición”, ya que muchos compromisos aún no se han traducido en acciones concretas. A ello se suma que el propio Brasil, gran exportador de combustibles fósiles, genera dudas sobre su capacidad o voluntad para impulsar una eliminación progresiva de los mismos.
Para USO, la COP30 es una oportunidad estratégica para exigir que las decisiones que allí se adopten integren la justicia social, el empleo decente y la participación sindical en todos los mecanismos de transición climática. Pero también debe servir como advertencia: sin compromisos reales, financiación suficiente y participación democrática, el encuentro corre el riesgo de convertirse en otro foro de promesas incumplidas.
La COP30 no es solo una cita diplomática más, es una prueba decisiva para saber si el mundo está dispuesto a pasar de la retórica a la acción, y si la transición ecológica se hará con justicia o sin ella.
Transición ecológica con justicia social y laboral
USO mantiene una posición clara: transición ecológica sí, pero con justicia social y laboral, con financiación suficiente, planificación a largo plazo y participación sindical efectiva en todas las fases. Eso implica empleo decente, protección social, formación y recualificación, y prevención de riesgos laborales ligados al calor y a los eventos extremos. Para ello es fundamental el diálogo social vinculante, de forma que anticipemos los cambios sectoriales, negociemos planes de empleo y formación y evitemos cierres desordenados.
Por ello, solicitamos un Plan Nacional de adaptación laboral al calor que incluya, entre otros, protocolos por actividad, reorganización de jornadas, refugios climáticos, vigilancia de la salud y equipos de protección. Así como reforzar la Inspección y registro efectivo de contingencias.
Para que la transición ecológica sea realmente justa y efectiva, es imprescindible una inversión pública sostenida acompañada de criterios sociales claros en el uso de los fondos climáticos. Estos recursos deben destinarse a la industrialización verde, la rehabilitación energética de viviendas, la movilidad sostenible, los cuidados y los servicios públicos, y deben condicionarse a la existencia de planes de empleo, formación y recualificación negociados con la representación sindical.
Esta transformación requiere una hoja de ruta clara para descarbonizar el transporte por carretera, basada en la negociación colectiva, la electrificación de las flotas, el despliegue de infraestructuras adecuadas, una logística de última milla sostenible y la mejora de las condiciones laborales de quienes conducen, reparten y mantienen el sistema en marcha.
Asimismo, la salud laboral debe ocupar un lugar central en las políticas climáticas. Es necesario incorporar la exposición al calor extremo, la radiación ultravioleta y la contaminación atmosférica como riesgos prioritarios en la evaluación de riesgos, la vigilancia de la salud y los planes de prevención de todos los sectores.
Alineados con la CES y la CSI
La CES reclama una Estrategia Europea de Transición Justa con Directiva específica que garantice derechos, anticipación y financiación, y que ligue la meta climática 2040 con medidas sociales. También impulsa proyectos de adaptación al cambio climático en el trabajo. USO comparte estas demandas y las traslada al ámbito estatal.
Por su parte, la CSI sitúa la transición justa en el corazón del Pacto de París: participación sindical real, negociación colectiva para planes de cero emisiones netas en empresas y sectores, y combinación de inversión pública/privada y regulación para crear empleo de calidad.
La lucha climática no es un lujo ambiental, es política industrial, empleo y salud. USO seguirá defendiendo una transición justa, con derechos y sin abandonos territoriales ni sectoriales, alineada con la CES y la CSI, y basada en la mejor evidencia científica y en el diálogo social. Es tiempo de actuar con ambición y justicia.
























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