El 1 y 2 de octubre tendrá lugar el “1º Congreso sobre Empleo de Hogar y Cuidados”, que surge gracias al trabajo del Grupo Turín, del que nuestro sindicato forma parte, y la colaboración del Ayuntamiento de Madrid. Inscríbete ya.

El 1º Congreso sobre Empleo de Hogar y Cuidados pretende:
• Visibilizar la realidad económica y social de empleo de hogar y de los cuidados en todas sus dimensiones.
• Conocer, debatir y proponer fórmulas viables de igualdad de derechos y en concreto de acceso a la prestación por desempleo.
• Mostrar prácticas y modelos de organización de los/as trabajadores/as, mejora del sector y promoción de los derechos humanos de las empleadas de hogar.
• Marcar/diseñar colectivamente líneas para un futuro plan estratégico común.

A pesar de su creciente significación económica y social, el empleo de hogar o el trabajo doméstico y los cuidados han sido, y siguen siendo, una de las formas de empleo más invisibilizadas, precarias, inseguras y desprotegidas, así como peor remuneradas. El grave déficit de trabajo decente a los que han de hacer frente los y las trabajadoras del hogar es consecuencia de su vulnerabilidad jurídica y social.

La OIT señala en su último informe “Impacto de las reformas legislativas en el sector del empleo del hogar en España”, presentado el pasado 14 de septiembre, que después de un primer impulso con las reformas legislativas aprobadas en el año 2011, las mejoras en el sector del trabajo doméstico se encuentran estancadas. La reforma legislativa supuso un gran avance en 2012 integrando el régimen de las empleadas de hogar en el régimen general de la Seguridad Social como un sistema especial, sin entenderse porque sigue existiendo esa especialidad, justificada por el lugar dónde se desarrolla el trabajo y que la persona que contrata es un particular. El reforma no terminó de conseguir que el trabajo de las empleadas de hogar estuviera al mismo nivel que el resto de trabajos por cuenta ajena, ya que sigue siendo un sistema especial que tiene reminiscencias que deberían haber desaparecido en otro siglo y que siguen afectando a las empleadas de hogar, como no poder cotizar ni tener derecho a la prestación por desempleo o el despido por desistimiento por parte del empleador.

Se estima que un 30% del sector doméstico en España no cotiza a la Seguridad Social, según las estimaciones de la OIT. Si contrastamos los datos de hogares del Instituto Nacional de Estadística que cuentan con una empleada de hogar y las afiliaciones a la Seguridad Social, la cifra se podría elevar al 70% en la economía sumergida, situación que perjudica directamente a las trabajadoras.

La OIT señala que la tasa de cobertura ha subido con la reforma del régimen, pasando de un 39,7% en 2010 a un 63,7% en 2012. Sin embargo, ese aumento de casi un 30% se ha estancando, siendo la actual cobertura de un 69,1%. Ha disminuido la población ocupada en el sector en unas 70.000 personas, como consecuencia de la crisis económica, que destruye empleo irregular y por la salida de mujeres inmigrantes en España, según el informe. Además, se constata que un 33% de las empleadas de hogar trabajan menos de 20 horas semanales y un 17% trabajan menos de 10 horas a la semana. Un 30% declara trabajar más de 40 horas semanales.

La afiliación ha aumentado pero no así la recaudación de forma proporcional. En este sentido, el informe señala como causas, no sólo el cambio en el sistema de cálculo, sino también las reducciones y bonificaciones de la cuota empresarial por contingencias comunes y la existencia de trabajo no declarado. Se cotiza lo justo, sin ser real el número de horas de trabajo declaradas.

La Inspección de Trabajo tiene en este sector un gran trabajo pendiente. El miedo a perder el trabajo hace que muy poca gente denuncie y la comodidad de los empleadores al no tener que hacer ninguna gestión dificulta la regularización del sector.