Más de 1.000 millones de personas en el mundo conviven con algún tipo de discapacidad. Se trata del 15% de la población mundial, 1 de cada 7 personas. Y, de ellas, casi 200 millones tienen dificultades funcionales considerables

En octubre de 1992, la Asamblea General de Naciones Unidas, decidió elegir el 3 de diciembre como Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Su objetivo: llamar la atención y movilizar apoyos para aspectos claves relativos a la inclusión de este colectivo en la sociedad y en el desarrollo.

En España, hay 2,5 millones de personas con movilidad reducida y, el 74% de ellas, precisan de ayuda para poder salir de sus casas. Esta ayuda se obtiene mayoritariamente (el 73%) de amigos y familiares. El 4%, alrededor de 100.000, no tienen esa ayuda y nunca salen de casa.

El 1% de la población española tiene algún tipo de discapacidad intelectual o del desarrollo. En torno a 300.000 personas tienen discapacidad intelectual.

Marginalidad y discapacidad

Según la Organización Mundial de la Salud, “las personas con discapacidad conforman uno de los grupos más marginales del mundo”. La discapacidad es una prioridad en materia de derechos humanos y desarrollo y “para ello hay que caminar hacia un mundo inclusivo en el que todos podamos vivir una vida de salud, comodidad y dignidad”.

Detrás de todas estas cifras, hay personas humanas con nombre y apellidos. Y es que la discapacidad, además de la persona que la tiene y la sufre, impregna a su entorno más próximo en las tareas de atención y cuidados.

La discapacidad es un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las características del organismo humano y las características de la sociedad en la que vive, cambiando la forma de sentir-pensar-estar-hacer de las personas que las padecen y los familiares y personas más cercanas.

Durante la pandemia las familias han pasado mucho tiempo con sus familiares aislados, sin poder verlos y, muchos de ellos, limitados a estar en sus habitaciones solos.

Trabajadores con condiciones precarias

Tras el inicio de la pandemia, más de 200.000 trabajadores de Atención a la Discapacidad se enfrentaron en sus puestos de trabajo al covid-19 bajo unas condiciones de seguridad mínimas.

Desde USO, y a través de la Federación de Enseñanza, se reconoce el excelente trabajo que han realizado los trabajadores del sector de Atención a la Discapacidad. Estos merecen un gran reconocimiento social, educativo, laboral y profesional así como que se añada el cobro de un plus de peligrosidad al tratar con personas de conductas imprevisibles y, a veces, agresivas.

Ya hemos denunciado cómo algunas empresas del sector están cometiendo actuaciones totalmente irresponsables, abusando especialmente de las personas trabajadoras más vulnerables, como son los trabajadores con discapacidad que trabajan en los centros de empleo y especiales. Estos centros se han convertido, habitualmente, en caladeros de mano de obra muy barata, en los que los trabajadores se encuentran totalmente desprotegidos, tanto laboral como sanitariamente. La falta de protección, los hace aún más débiles e indefensos.

En estos momentos, USO pide a las empresas que, ante la actual situación de emergencia sanitaria, es necesario llegar a algún tipo de regulación de la jornada para que sus condiciones no supongan un abuso.

Trabajando para mejorar las condiciones de trabajo del colectivo

Desde hace años USO trabaja para mejorar las condiciones laborales de estos profesionales. Realizar unas jornadas razonables y reconocerles económicamente con un sueldo justo, teniendo en cuenta que la mayoría de personas trabajadoras en el sector son mujeres, son algunos de los objetivos.

En este sentido, USO considera necesaria una reforma del sector que dé respuesta a las verdaderas necesidades que tienen tanto trabajadores como usuarios, pues se ha visto la gran importancia de las tareas de cuidados durante todo este periodo: estabilidad laboral, regulación de la jornada de trabajo, regulación de los periodos vacacionales, control de los calendarios laborales -especialmente en Centros Especiales de Empleo-, clarificación de funciones, etc.