El año 2022 terminó con 826 personas muertas en accidentes de trabajo y cerca de 1,2 millones de siniestros laborales

Cerramos 2022 con la cifra de 1.196.425 accidentes de trabajo, divididos en 564.701 accidentes de trabajo sin baja y 631.724 accidentes de trabajo con baja. Estos últimos han experimentado un aumento del 10,4 % respecto a las cifras de 2021.

Como consecuencia de la siniestralidad laboral, 2022 nos deja la cifra de 826 personas fallecidas a causa de accidentes de trabajo. Supone un 17,2 % de aumento respecto a la cifra de fallecidos en 2021. Los accidentes de trabajo mortales en jornada en 2022 experimentan un aumento del 18,1 %. Por otro lado,  los accidentes mortales en desplazamientos en el camino de ida o de vuelta, presentaron un aumento del 13,1 %.

Se trata de cifras inasumibles que demuestran, una vez más, que queda mucho trabajo por hacer en la prevención de los accidentes y en la protección de la salud de los trabajadores. 2022 ha sido un año negro en cuanto a accidentes de trabajo y todos debemos trabajar, conjuntamente, para reducir el número de personas trabajadoras que sufren accidentes laboral y para que ningún trabajo acabe con la vida de nadie.

Servicios, el sector con mayor siniestralidad laboral

Si analizamos las diferencias que marca la siniestralidad en cuanto al sexo, vemos que los hombres siguen siendo quienes más se accidentan en cómputo global, la excepción la encontramos en los accidentes de trabajo in itinere de carácter leve, cuya cifra es superior en el caso de las mujeres.

Presentamos un análisis de los accidentes de trabajo comparando los ocurridos durante la jornada y los ocurridos en los desplazamientos de ida o de vuelta agrupados por gravedad y por los sectores donde presentan incidencia:

Con este análisis podemos observar que el sector servicios tiene una constante en la incidencia de los accidentes tanto en jornada como in itinere, mientras que el sector agrario sigue presentando la tasa más baja de accidentalidad con respecto a otros sectores. Estos datos arrojan diversas conclusiones como el hecho de que es más numerosa la población trabajadora dedicada al sector servicios que al agrario y , por otro lado, en qué sector puede estar localizada una mayor precariedad en cuanto a seguridad y salud se refiere.

A mayor edad, mayor gravedad de los accidentes

Si realizamos un análisis por grupos de edad, los accidentes en jornada y los in itinere de tipo leve se dan en personas entre los 40 y 44 años; los graves, entre los 50 y 54 años, y los mortales, entre los 55 y 59 años. A mayor edad, mayor gravedad de las consecuencias. Esto puede ser fruto de dos factores importantes:

  • Exceso de confianza: a mayor veteranía, más confianza y menos atención a la seguridad.
  • Disminución de los reflejos o la destreza y su consecuencia en forma de accidente.

Desde USO queremos realizar un llamamiento a las empresas para que tengan en cuenta esta realidad y la integren en la gestión de la seguridad y salud en los centros de trabajo. Por una parte, se debe conseguir concienciar a los trabajadores, a través de acciones formativas e informativas de que el riesgo no desaparece con la antigüedad en el puesto y que deben prestar atención a los factores  sin importar el tiempo que lleven desempeñando esas tareas. Por otra, las empresas deben ser conscientes también de la edad de los trabajadores de sus centros de trabajo y ser capaces de abordar la seguridad y salud laboral desde una perspectiva de la edad. Esto permite permite ajustar a la realidad los riesgos inherentes al trabajo y las características de la persona o personas que los llevan a cabo, cumpliendo así con uno de los principios de la prevención que nos indica que hay que adaptar el trabajo a la persona y no a la inversa.