Los siniestros por incendio en el centro de trabajo han sido excesivos este verano: te explicamos cómo debería ser su prevención y el protocolo de actuación
¿Cuáles son las causas más habituales de incendio en el centro de trabajo y cómo debemos actuar con seguridad? En los últimos meses, en España se han producido varios incendios en naves e instalaciones industriales que han puesto en evidencia las debilidades de nuestra gestión preventiva. En algunos de esos casos, además, ha sido necesario activar protocolos extra para la población circundante.
Por ejemplo, en el mes de julio, los bomberos tuvieron que intervenir en grandes siniestros en Alcalá de Guadaíra (en una nave de productos químicos); en Fuenlabrada (planta de tratamiento de madera en Los Gallegos y escuadrón logístico de Cobo Calleja); Mercadona en Ribarroja (nave de distribución); Sabadell (nave de fabricación textil); Cintruénigo (reciclaje de residuos); Cabezón de Pisuerga (tratamiento de grasas y aceites); Almendralejo (planta aceitunera y reciclaje) y Zaragoza (centro de gestión de residuos).
Pero la dinámica de estos siniestros en el trabajo ha continuado a lo largo de agosto, con el incendio de tres naves industriales en Getafe (transporte de mercancías tóxicas, paquetería y almacenamiento de maquinaria); Burgos (contenedores industriales); Los Corrales de Buelna (almacenamiento de baterías y aparatos eléctricos); Lliça de Vall (cosméticos) y Quart de Poblet (desguace).
Estos episodios, junto a brotes químicos en Vilanova i la Geltrú y vapores tóxicos en Alcalá de Guadaíra, recuerdan que el fuego no distingue tamaño, sector ni antigüedad de la instalación.
Causas mas habituales de un incendio en el centro de trabajo
Las causas más habituales que provocan incendios en los centros de trabajo están relacionadas con problemas eléctricos y riesgos químico-mecánicos, pero también pueden deberse a factores humanos. Explicamos detalladamente los orígenes de cada tipo de incendio.
Incendios con orígenes eléctricos
Los incendios que tienen origen eléctrico suelen desatarse por alguna de estas causas:
- Sobrecarga de instalaciones: uso simultáneo de maquinaria de alto consumo sin adecuar la sección de cableado.
- Cortocircuitos: aislamiento deteriorado por envejecimiento, roedores o humedad.
- Fusibles y diferenciales defectuosos: falta de mantenimiento o recambios con elementos no homologados.
- Mal diseño o ampliaciones improvisadas: ampliaciones realizadas sin proyecto eléctrico ni visado de industria.
Incendios debidos a factores humanos
En el caso de los incendios que se originan por factores humanos, pueden deberse a:
- Trabajos con calor, como soldadura o corte con soplete: chispas o proyecciones de metal incandescente que contactan con materiales combustibles (maderas, plásticos…).
- Manipulación inadecuada de sustancias inflamables: almacenaje de disolventes, aceites o gasóleos cerca de fuentes de ignición o sin embalajes específicos.
- Uso incorrecto de extintores o ausencia de formación: personal sin entrenamiento para identificar y utilizar equipos de extinción.
- Fumar en zonas prohibidas: colillas mal apagadas en papeleras o envases con restos de residuos.
Riesgos químico-mecánicos en el centro de trabajo
Por último, hay otro gran grupo de causas de incendio en el trabajo. Son los factores químico-mecánicos, que pueden agruparse en estos orígenes:
- Baterías de litio en plantas de reciclaje: la descarga térmica de celdas provoca incendios difíciles de apagar y nubes tóxicas.
- Reactividad química: mezcla accidental de productos incompatibles (ácidos con bases, peróxidos con materia orgánica).
- Fricción de maquinaria sin lubricación: rodamientos o cintas transportadoras que alcanzan temperaturas elevadas.
- Chispas en procesos de granallado o lijado: partículas incandescentes que caen sobre materiales sujetos a ignición.
Cómo actuar ante un incendio en el centro de trabajo
Ante la súbita aparición de fuego, cada segundo cuenta. La actuación debe planificarse en protocolos claros y ensayados periódicamente.
Desde USO, proponemos un esquema de cinco fases, con indicaciones precisas para cada una.
Detección del fuego y primera alarma
Para una pronta detección del fuego y señal de alarma, debe haber establecidos:
- Sistemas instalados: detectores de humo, calor y llama conectados a centralita con aviso acústico y visual.
- Responsables de turno: persona designada para verificar rápidamente la situación y activar el protocolo.
- Comunicación inmediata: pulsar la alarma general y llamar a los servicios de emergencia (teléfono 112). Indicar ubicación exacta, tipo de incendio y posibles heridos o atrapados.
Evacuación ordenada
En cuanto sea posible, hay que ordenar una evacuación. Debe ser ordenada y debe estar preparada previamente. Así, es necesario prevenir:
- Rutas y salidas: itinerarios de evacuación claramente señalizados (profundidad máxima de 25 metros; señalización fotoluminiscente).
- Puntos de encuentro: zonas seguras con responsables de comprobación de ausencias y lista de personas.
- No utilizar ascensores: siempre las escaleras de emergencia.
- Atención a personas vulnerables: designar “ángeles de la guarda” para guiar a personas con movilidad reducida.
Primeros intentos de extinción del incendio
¿Debemos o no debemos tratar de extinguir el incendio? Aquí damos unas respuestas básicas:
- Solo si es seguro: no plantar cara a un fuego de clases B (líquidos inflamables), C (gases) o D (metales) sin entrenamiento.
- Extintores portátiles: si los usamos, deben ser los correctos según la clase de fuego (azul para B, negro para D, rojo para A).
- Bocas de incendios equipadas (BIE) y mangueras: revisar que no estén bloqueadas y que la presión sea adecuada.
- Extinción con agua pulverizada: útil en fuegos clase A.
Confinamiento
¿Cómo tratamos de confinar el fuego al mínimo espacio posible?
- Cortar el suministro eléctrico y de combustibles: disponer de llaves de paso accesibles y señalizadas.
- Cierre automático de puertas contra incendios: evitar la propagación de humo y llama.
- Sectorización con tabiques y puertas resistentes al fuego: imprescindible en naves logísticas y talleres.
Coordinación con bomberos y retorno
Desde USO, también os informamos de cómo ha de ser la comunicación y cooperación con los servicios de emergencia. Así, es necesario:
- Información continua: facilitar croquis, ubicación de productos peligrosos y planos de instalación.
- Apoyo logístico: suministrar agua adicional, electricidad de emergencia o grúas elevadoras si se requiere rescate.
- Evaluación de daños y reinicio de actividad: solo tras autorizaciones de un técnico competente e inspección oficial.
Inspección y vigilancia insuficientes
La abundancia de grandes siniestros recientes en España no es un hecho aislado, sino la manifestación de un déficit estructural que la USO denuncia desde hace años.
El Ministerio de Trabajo y las Comunidades Autónomas concentran la mayoría de recursos en grandes empresas, sin dedicar suficientes medios a pymes y subcontratas. Los ojos de la Inspección son pocos y sus intervenciones, esporádicas.
Los listados de deficiencias (versión digital vs realidad in situ) evidencian que muchos planes de prevención quedan en meras declaraciones: extintores caducados, falta de señalización, desconexión de detección automática.
Con refuerzo del 50 % de la plantilla de inspectores especializados en riesgos de incendio y la existencia de unidades móviles de seguridad contra incendios para inspecciones sorpresa en polígonos, desde USO consideramos que se puede contribuir a controlar el riesgo de incendios en los centros de trabajo
Precariedad y exceso de subcontratación
La estructura de cadenas de suministro ha multiplicado las subcontratas: electricidad, climatización, limpieza, transporte interno, todos pagados a precio de risa. Esa pugna por cada céntimo conlleva recortes en prevención: uniformes sin materiales ignífugos, chalecos sin visibilidad nocturna o ausencia de EPI adecuados, por listas los más flagrantes.
Instaurando la homologación obligatoria de contratas con acreditación en certificaciones de prevención de incendios (ISO 45001 + UNE 23580) y creando un registro público de empresas capacitadas para intervenir en entornos industriales, se podría asegurar que todas las empresas implicadas en la ejecución de un mismo proyecto están preparadas para prevenir y controlar, en caso de que se presente el riesgo de incendios en los centros de trabajo.
Formación inadecuada
Con respecto a la formación en cuanto a prevención y protocolos contra incendios en el centro de trabajo, desde USO la denunciamos como muy deficitaria. De hecho, las jornadas de formación se concentran en la teoría normativa y en breves vídeos de 20 minutos, sin prácticas reales de extinción con fuego controlado ni simulacros de evacuación.
El resultado es un personal sin confianza para utilizar un extintor, sin capacidad de tomar decisiones ante el estrés y la adrenalina del fuego real.
La formación en prevención es un pilar imprescindible para la USO. Por eso, proponemos planes de formación práctica semestral con entrenamientos con fuego real en polígonos habilitados y certificados de aptitud trienales, con renovación solo tras superación de pruebas prácticas.
Coordinación deficiente en emergencias químicas
Por último, queremos poner el acento en los incendios que implican sustancias tóxicas, como cloro, ácidos, disolventes clorados o baterías de litio). Estos exigen protocolos distintos.
La actuación de bomberos municipales, sin formación especializada en riesgos químicos, puede agravar la dispersión de nubes tóxicas. Ante estas emergencias, desde USO exigimos la creación de equipos mixtos de bomberos e industria con protocolos conjuntos de actuación frente a incendios químicos, así como la creación y mantenimiento de piscinas de decantación y diques de contención obligatorios en instalaciones con sustancias peligrosas.
Los incendios en naves e industrias españolas no cesan. Y esta tendencia no cambiará si no abordamos las causas profundas: falta de inspección eficaz, precariedad en subcontratas, formación insuficiente y carencia de incentivos reales para la prevención.
La USO reclama la implicación activa de todas las partes (Administración, empresas y sindicatos) en un pacto nacional por la seguridad contra incendios. Solo así convertiremos la tragedia de un siniestro en una oportunidad de aprendizaje y evitaremos que vidas y patrimonio sigan ardiendo en un fuego evitable.
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