USO se suma al Día Internacional contra la Droga reivindicando al delegado de prevención como figura clave para atajar el consumo de drogas durante y en el lugar de trabajo

El consumo de drogas, alcohol y otras sustancias de abuso en el ámbito laboral, además de suponer un peligro para la salud de la persona que las toma, también puede serlo para terceros, ya sean compañeros u otros. Este consumo aumenta considerablemente el riesgo de accidentes en el trabajo, especialmente en aquellos que requieren de un mayor nivel de atención y destreza.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una adicción es una enfermedad física y emocional hacia una sustancia, actividad o relación causada por la satisfacción que esta conlleva a la persona.

Los factores que contribuyen a la adicción pueden ser biológicos, psicológicos por pensamientos, emociones y conductas y los factores sociales, desempeñando un papel fundamental en la persona adicta.

Aunque el trabajo, en sí mismo, no debería incitar al consumo de sustancias, pueden darse determinadas condiciones laborales y personales que pueden que llegar a facilitarlo, tales como:

  • Oferta y disponibilidad de bebidas en el lugar de trabajo.
  • Reuniones de trabajo donde se incite al consumo de alcohol.
  • Oficios donde los trabajadores tienen fácil el consumo de alcohol y otras drogas como hostelería, restauración y trabajos itinerantes.
  • Trabajos que se realizan en condiciones físicas extremas, a la intemperie o trabajos de especial dureza como las limpiadoras de habitaciones de hotel, con reconocidas adicciones a derivados de los sedantes y opioides.

Prevención y actuación frente al consumo de drogas en el centro de trabajo

Los programas de prevención y apoyo en relación con el consumo de drogas o alcohol pueden aplicarse en cualquier empresa, independientemente de su tamaño. Deberán ser flexibles y adaptables a las distintas realidades, presentándose de forma positiva, y no sancionadora.

Las características que debe tener un programa de prevención son:

  • Concienciar e implicar, a nivel interno, a todos los departamentos y niveles de la empresa.
  • Involucrar y trabajar conjuntamente con la Administración pública.
  • Establecer campañas con mensaje positivo.
  • Realizar controles consensuados y no invasivos.
  • Crear procedimientos de actuación y una reglamentación interna.

Para la elaboración y desarrollo de un programa de prevención del consumo de drogas y alcohol en el entorno laboral será necesario el establecimiento de una fase informativa y de sensibilización. A esta le seguirá una fase de intervención para establecer los procedimientos de actuación cuando se detecten problemas de consumo y, una última, de rehabilitación para el retorno al trabajo y la reintegración en la actividad laboral.

Desde USO advertimos que es necesario que los programas sean consensuados por la empresa y los representantes de los trabajadores, que deben colaborar en el proceso de creación y desarrollo desde el comité de Seguridad y Salud. Aun siendo protocolos internos, se debe sopesar la posibilidad de derivación a recursos externos, más adecuados por la materia a intervenir.

El delegado de prevención, figura clave

Para atajar el consumo de drogas durante y en el lugar de trabajo, el delegado de prevención es una figura clave para conseguir este objetivo.

El delegado de prevención debe velar porque las actuaciones sobre las personas afectadas sean confidenciales, manteniendo la reserva para cada persona. De la misma forma, vigilará que el servicio médico del servicio de prevención supervise la vuelta de la persona trabajadora a la empresa y se valore la adecuación de su puesto. De esta forma, se determinará si es preciso realizar adaptaciones del puesto de trabajo, teniendo en cuenta la sensibilidad especial que en ese momento tiene la persona, a través del análisis del entorno laboral para modificar las situaciones de riesgo.

Por último, deben estar atentos a que la implantación de un programa de detección no sea excusa para vulnerar el derecho fundamental a la intimidad física (artículo 18.1 de la Constitución) o el derecho de consulta (artículo 33 de la LPRL).

Encuesta sobre el impacto de la pandemia en el patrón de consumo

La pandemia ha tenido sus efectos en el consumo de drogas y otras sustancias. La encuesta nacional sobre el Impacto de la pandemia en el patrón de consumo de sustancias psicoactivas y otros comportamientos con potencial adictivo y el Informe de 2020 del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones determinan que durante la pandemia ha disminuido el consumo de bebidas alcohólicas en ambos sexos y en todos los grupos de edad. El consumo de bebidas alcohólicas es mayor en hombres y hay mayor consumo diario según se incrementa la edad. La prevalencia de consumo de bebidas alcohólicas a diario en los últimos 30 días durante la pandemia fue del 9,4%.

Respecto al consumo de hipnosedantes sin receta, se observa un aumento del consumo en todos los grupos de edad y en ambos sexos, pero es mayor en las mujeres. La prevalencia de consumo diario de hipnosedantes sin receta en los últimos 30 días durante la pandemia fue del 0,7%.

El consumo de cannabis ha disminuido en ambos sexos y en todos los grupos de edad, sobre todo en las personas menores de 25 años. Durante la pandemia, el 1,2% de las personas de 15 a 64 años presentaron un posible consumo de riesgo de cannabis, dato que se eleva al 19% entre las que refieren haber consumido cannabis durante la pandemia. También se observa una disminución del consumo de cocaína.