Este 26 de abril es el Día de la Visibilidad Lésbica y, desde USO, reivindicamos los derechos de las mujeres lesbianas

En el Día de la Visibilidad Lésbica, USO continúa defendiendo los derechos de las mujeres lesbianas en todos los ámbitos de la vida y, especialmente, en el laboral, donde estas sufren discriminaciones en aspectos como la maternidad.

No es necesario que retrocedamos mucho en el tiempo para visualizar un pasado reciente en el que la homosexualidad era ilegal e inmoral. En España, no hace tanto que tener una orientación sexual diferente a la dictada por la norma estaba relacionado con la delincuencia o la enfermedad. Solo con la llegada de la democracia se despenalizó la homosexualidad.

Esta situación obligó a muchas mujeres no solo a esconder su orientación sexual sino también a casarse y a vivir una vida llena de miedo y de mentiras. Actualmente, gracias a la visibilidad conseguida por los colectivos LGTBI a través de su activismo, algunas de estas mujeres que vivieron el franquismo se han permitido elegir la vida que querían vivir y otras, que han socializado ya en libertad, han podido reconocer abiertamente su sexualidad.

Pero todavía hoy existe un gran estigma sobre la realidad de las mujeres lesbianas. La principal prueba de ello es el lenguaje que utilizamos para referirnos a ellas. Además, existen todavía infinidad de estereotipos que se siguen reproduciendo, tratándose a estas mujeres como objetos o fantasías sexuales o se les presupone una expresión de género determinada.

Las mujeres lesbianas, discriminadas en la maternidad

La discriminación hacia las mujeres lesbianas puede darse en diferentes ámbitos. Además de en el personal, en las residencias (en el caso de las personas mayores), en la calle o en el ámbito laboral. Según una encuesta de FELGTB publicada en 2021, entre las principales causas del temor a visibilizar su orientación sexual en el trabajo destacan las bromas (70 %); el miedo al aislamiento (56 %) y el miedo a represalias (46 %). Por otro lado, según datos de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), el 30 % de las personas LGTBI no se visibilizan como tal en su trabajo por miedo a ser discriminadas.

Especialmente relevante es la discriminación que sufren las parejas lesbianas en relación a los derechos de la maternidad. Por ejemplo, estas parejas siguen sin tener acceso a la reproducción asistida y siguen sin poder filiar a sus hijos si no están casadas, algo que no ocurre con las parejas heterosexuales. Y, ¿qué ocurre con los permisos por nacimiento? Si una de las madres no lo es considerada oficialmente, no podrá acceder a este derecho.

Hace un mes, una sentencia del Tribunal Supremo (TS) negó a una mujer ser la madre legal de su hijo porque no estaba casada con su pareja, que había gestado al bebé. El Supremo argumentaba que “no puede considerarse con entidad suficiente para conformar una relación de maternidad vivida”, pero este argumento no se aplica a las parejas heterosexuales.

El protocolo de acoso o por razón de sexo, un derecho fundamental del trabajador

También, y aunque cueste creerlo, todavía se dan agresiones verbales y físicas fundamentadas en un odio irracional hacia la diversidad. Este, sin duda, afecta a las mujeres lesbianas, especialmente las que sufren también otra serie de discriminaciones (mujeres inmigrantes, trans, etc.).

En el caso del ámbito laboral, aunque en la legislación se prohíba directamente la discriminación, el problema radica en que no siempre es tan evidente y la persona discriminada tiene que demostrar algo que sufre y siente y que las demás personas no. A ello se suma el hecho de convivir con el miedo a represalias si se denuncia. Por ello es fundamental recordar que todas las empresas, según la ley de 2007, tienen que contar con un protocolo de prevención del acoso sexual o por razón de sexo, y que es un derecho de los trabajadores.

Las consecuencias directas de la discriminación son un menor desempeño; pérdida de compromiso con la empresa; merma de la autoestima; una menor productividad y creatividad; falta de realización personal; aislamiento; pérdida de talento y empeoramiento de la economía.

USO pide educación, visibilización y equiparación de derechos

Desde USO, creemos que el primer paso para conseguir la igualdad de oportunidades y de derechos para las mujeres lesbianas es trabajar por su visibilidad. ¿Cómo? Invirtiendo en educación en diversidad afectivo-sexual, prevención del acoso y la violencia, no solo en las escuelas, también en los centros de trabajo. Y consiguiendo la presencia de referentes que no se limite al cine, a personajes ficticios. Aún en los entornos laboral y empresarial faltan referentes lesbianas, bisexuales o trans, mientras que los hombres gays poseen algo más de visibilidad y reconocimiento, lo que es signo de una pauta estructural de discriminación.

Pero también es muy importante que luchemos por sacar adelante leyes que refuercen las actuales normativas en materia de igualdad, como la ley de Igualdad de 2007, para garantizar los derechos del colectivo LGTBI en general y de las mujeres lesbianas en particular. USO reivindica algunos de ellos como la existencia de protocolos de atención médica y ginecológica adaptados a las mujeres lesbianas; la formación obligatoria al personal de los servicios sociosanitarios y a los cuerpos y fuerzas de seguridad en materia LGTBI; que se garantice el derecho de asilo para mujeres lesbianas en España en igualdad de condiciones del resto de solicitantes; y, por supuesto, en el ámbito laboral, la absoluta igualdad de condiciones.

Una de esas leyes podría ser el anteproyecto de la Ley Trans y LGTBI aprobada el pasado mes de junio en Consejo de Ministros, pero que aún sigue en tramitación. Instamos al Gobierno a realizar un acuerdo lo antes posible para sacarla adelante.

Como vemos, las cosas han cambiado, pero aún quedan pasos por dar para garantizar los derechos del colectivo LGTBI y para transitar desde la tolerancia a la normalización, acabando así con el estigma que recae sobre estas personas. Para conseguirlo, el papel de las asociaciones de la sociedad civil y de los sindicatos es fundamental. Contribuyamos desde nuestro trabajo sindical a la visibilidad lésbica.