En el Día Mundial del Refugiado, USO reclama una mejora de los mecanismos de protección y refugio, dotándolos de mayores medios y personal para poder atender situaciones de crisis

El 20 de junio se celebra el Día Mundial del Refugiado. Este año, marcado por la pandemia, la situación humanitaria ha empeorado considerablemente a nivel global. Con las fronteras cerradas, las personas solicitantes de asilo se han expuesto a riesgos mucho mayores para lograr escapar de las situaciones de vulneración de derechos que viven en sus países.

En España, se han vivido múltiples crisis migratorias (las más graves, la de Canarias y la de Ceuta), y se ha convertido este año en el país de la UE que más llegadas de migrantes ha concentrado: el 43% del total, por delante de Italia con un 34% y Grecia con un 15%. Esto ha desembocado en una grave crisis humanitaria, dificultando las peticiones de solicitudes de asilo de personas que han escapado de la violencia y la persecución en sus países de origen.

Desde USO, miembro de la Asamblea General de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), valoramos la agilización en las tramitaciones de las solicitudes pero lamentamos que España siga a la cola de la UE en cuanto a la tasa de reconocimiento.

Asimismo USO reclama una mejora de los mecanismos de protección y refugio, dotándolos de mayores medios y personal para poder atender las situaciones de crisis como las vividas recientemente. Por último, y lo más relevante, USO exige que se cumplan siempre los tratados internacionales en materia de protección de derechos ante cualquier situación de emergencia.

Los países del Mediterráneo, los más afectados

El último informe anual elaborado por CEAR refleja la situación a la que se han tenido que enfrentar miles de personas que escapan de sus países para tratar de buscar refugio en otro, en un año especialmente marcado por la pandemia mundial.

Con las fronteras cerradas, el 96% de las entradas a nuestro país se han realizado por vía marítima, con los riesgos que conlleva. España ha sido testigo de cómo la estrategia de blindaje de fronteras de la UE tiene consecuencias, además de para las personas migrantes y refugiadas principales víctimas, para los países del Mediterráneo.

El nuevo pacto de migraciones y asilo de la UE supone una profundización de las políticas migratorias que apuestan por la externalización cada vez mayor de la gestión de las fronteras, y por unas normas internas de solidaridad que han quedado reducidas en un plan a la carta donde los estados pueden elegir acoger o pagar las expulsiones. Este pacto representa una oportunidad perdida de alinearse con el Pacto Mundial para la Migración de las Naciones Unidas y lograr que sea más transversal, solidario y dotado de una mirada de derechos humanos, además de suponer un grave problema para los países mediterráneos.

Las consecuencias las estamos padeciendo ahora, con un endurecimiento de los controles fronterizos y acuerdos con terceros países que suponen una apuesta por la externalización y cuyo máximo fracaso lo vimos con lo sucedido en Ceuta. España, Italia y Grecia están siendo los países más afectados por el desplazamiento de las presiones migratorias hacia nuevas rutas y los acuerdos con terceros países como Turquía, Libia o Marruecos.

A esto hay que añadirle la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra la UE, debilitada por las políticas de austeridad provenientes de la anterior crisis y el auge de las posiciones xenófobas y racistas.

La situación de los refugiados en España

El contexto de crisis sanitaria, social y migratoria ha desembocado en un descenso del número de solicitudes de asilo en España, un 25% menos que en 2019. Además, únicamente el 5% de las solicitudes han sido resueltas favorablemente. Este dato sitúa a España muy por debajo de la media de la UE que está en un 33%. Especialmente preocupante, es el aumento de menores no acompañados que este año han representado un 4% de las solicitudes.

Las nacionalidades donde se concentran el mayor número de solicitudes en nuestro país son: Venezuela, Colombia y Honduras. Esto choca con la situación de los exiliados de otros países como Siria, que concentra el mayor éxodo forzado a nivel mundial pero que en el 2020 únicamente registró 400 solicitudes. Al igual que con Palestina que únicamente presentó 171. Esto se debe al obstáculo que impone España a estas personas que huyen de conflictos atroces en países como Siria, Palestina o Yemen a través de la exigencia del visado de tránsito.

A todo esto hay que añadirle las 212 “devoluciones en caliente” que se han producido sin las garantías del Tribunal Constitucional y la falta de apoyo para miles de personas que buscaban refugio durante la pandemia y que se han encontrado sin asistencia.

Desde USO en el Día Mundial del Refugiado reclamamos medidas urgentes para que todas estas personas puedan tener acceso a unos derechos básicos y una vida lo más cercana a la normalidad posible. Es imprescindible un cambio de rumbo en la política migratoria y de asilo de la UE para no seguir vulnerando masivamente los derechos humanos. Y que la búsqueda de un refugio para una persona que escapa de graves conflictos en su país, no se convierta en una nueva vía de sufrimiento.