En el Día Mundial del SIDA, USO denuncia el estigma que sigue suponiendo tener VIH y reivindicamos su visibilidad para avanzar en igualdad

Durante muchos años, vivir con VIH era vivir estigmatizado o estigmatizada toda la vida, cuestionándose cómo habías desarrollado la enfermedad y cuál habría sido el origen de la infección. Durante muchos años, el VIH se relacionó solo con hombres que mantenían sexo con hombres y en los 90 esas infecciones empezaron a aparecer en personas que consumían drogas inyectables. Fueron años duros para la enfermedad y la estigmatización calaba fuerte en una sociedad que no tenía toda la información.

El VIH es una infección sexual que, entre otras causas, se contagia a través del sexo sin protección o con personas portadoras del virus. Independientemente de tu orientación sexual, puedes contraer el VIH, por lo que la prevención es clave para prevenir.

Mientras que los hombres que mantienen sexo con hombres son los que más demandan análisis para conocer su estado serológico, no sucede lo mismo entre personas heterosexuales. Por ello, desde USO, en el Día Mundial de lucha contra el SIDA, animamos a que se realicen análisis serológicos, ya que 13 de cada 100 personas con VIH no saben que lo tienen. Dichos análisis se pueden solicitar en tu centro de salud y, si así lo deseas, el resultado no constará en tu historial clínico.

Las pruebas del VIH son esenciales para asegurar a las personas que tienen el virus el acceso a mejores tratamientos. Sin embargo, aún existen muchos obstáculos que siguen dificultando la realización de estas pruebas. En muchos casos, no se garantiza el acceso confidencial a los resultados, y el estigma y discriminación que rodean a la enfermedad hace que muchas personas solo accedan a hacerse las pruebas después de padecer los síntomas.

Hasta junio de 2021 (últimos datos disponibles), con un repunte de los casos de VIH, el 42,2 % de las infecciones tuvo lugar entre personas heterosexuales; el 32 %, en hombres que practican sexo con hombres y el 8,4 %, en personas que se inyectan drogas.

La prevención y la educación afectivo-sexual son la clave para frenar este incremento de los contagios de VIH y para frenar el estigma de las personas con VIH, sin sufrir esa exclusión que padecen en determinados ámbitos de la vida como puede ser el laboral.

Desde 1988, el VIH ha matado a más de 25 millones de personas. En todo el mundo 37 millones de personas viven con el SIDA y una cuarta parte desconoce que son portadores el virus. Con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se adoptó el compromiso de no dejar a nadie atrás, por lo que prestar apoyo a este colectivo y que no haya más infecciones son objetivos centrales.

VIH y empleo

La estigmatización que han sufrido las personas con VIH en los últimos años ha dificultado que muchas de ellas puedan acceder a un empleo. En muchas de las ocasiones, las personas con VIH sienten la obligación de contar a la empresa su estado serológico y es ese el momento en que deciden no seguir adelante con la contratación.

La falta de información sobre las formas de contagio así como los clichés de falsas infecciones o desconocer que una persona indetectable es intransmisible, hace que muchas empresas decidan no contratar a gente con VIH. Una enfermedad que, con los avances médicos de las últimas décadas, puede ser equiparada a otro tipo de enfermedades leves o graves, ya que cuenta con un tratamiento que disminuye los efectos de la infección y que permite a las personas portadoras hacer vida completamente normal.

Según un informe de SEISIDA y la UNED, el 26 % de las personas trabajadoras se sentiría incómoda si un compañero o compañera de trabajo tuviese VIH y un informe del CIS apunta que el 12 % de las personas desaprueba que una persona con VIH trabaje en una oficina con otras personas.

Volviendo a la falta de información y sobre el estigma, desde la Universidad de Alcalá de Henares se han editado diferentes guías y en la que aborda el impacto de la calificación legal del VIH como enfermedad infectocontagiosa, recoge que “las personas con VIH van a ser destinatarias de un ingente número de normas jurídicas vigentes en el Derecho español que excluyen a las personas que tienen una enfermedad de ese tipo de poder disfrutar de un derecho o de tener acceso a un bien o servicio. Así, por ejemplo, la posibilidad de trabajar como taxista en algunas ciudades o la adjudicación de una plaza en una residencia de personas mayores está condicionada por el hecho de que la persona interesada en el trabajo o en la plaza no tenga una infección que sea contagiosa”.

Debido a que el VIH no se transmite por aerosoles o por un contacto directo a personas u objetos, desde USO creemos que esa calificación debe ser revisada para así acabar con la discriminación laboral que pueden sufrir las personas con VIH en determinados puestos de trabajo que conlleven un contacto con personas o con manipulación de alimentos, entre otros.

Por ello y atendiendo a lo que la OIT ha establecido sobre las personas con VIH, “las personas con VIH pueden realizar todo tipo de trabajos y, asimismo, ha determinado que no debería existir ninguna discriminación o estigmatización hacia los trabajadores y trabajadoras por su estado serológico con respecto al VIH”, si en tu trabajo sufres discriminación, acoso o despido por tu estado serológico, desde USO te animamos a denunciar ya que estaríamos hablando de un despido recriminatorio y una vulneración de derechos.

La información es fundamental para paliar cualquier tipo de discriminación. A más información, menos estigma, para de esta forma, eliminar muchas de las barreras laborales y sociales que día a día sufren las personas con VIH en nuestro país.

VIH y Salud Laboral

El VIH no tiene ninguna relación con factores de riesgo en el trabajo, ni para el propio trabajador ni para terceros. Las personas con VIH están capacitadas para trabajar y pueden tener una vida profesional como cualquier otra.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), por sus siglas en inglés, y sociedades científicas nacionales e internacionales, en la mayor parte de las ocupaciones y puestos de trabajo no hay riesgo de adquirir o transmitir el VIH, especialmente entre compañeros de trabajo. Por ello, no se deberían establecer limitaciones con carácter genérico.

La única excepción a la norma general anterior sería la del personal sanitario que realiza Procedimientos Invasivos Predisponentes a Exposiciones (PIPES), cuando tenga una carga viral superior a 200 copias/ml. Al verse comprometida la salud de terceras personas, estaría justificado que este personal con VIH dejara de realizar estas intervenciones. Aun así, podría seguir realizando otras tareas relacionadas con su ocupación. Esta medida sería temporal, hasta que su carga viral se encuentre por debajo de 200 copias/ml.

Sin embargo, actualmente en España existen limitaciones normativas para ejercer dos tipos de ocupaciones por el hecho de tener VIH:

  • El desempeño de Servicios de Seguridad Privada con armas. El RD 2487/1998 establece que no se admite como apta para el desempeño de estos servicios a ninguna persona con VIH.
  • Los servicios de taxi. Existen ordenanzas municipales que, al regular los servicios de transporte público urbano en automóviles de turismo, excluyen para el ejercicio de la profesión de taxista a aquellas personas que padezcan una enfermedad infectocontagiosa, sin especificar las vías de transmisión. Esto sucede en ciudades españolas como Madrid, Sevilla, Valencia o Zaragoza.

Desde USO consideramos que estas limitaciones normativas deben ser modificadas, al no existir justificación científica que indique relación con la salud y seguridad laboral.

En esta línea se sitúa el Acuerdo del Consejo de Ministros del 30 de noviembre de 2018, al eliminar, entre otras, el VIH como causa médica de exclusión para cualquier empleo público.

Pride positIHVo

Este 2022, coincidiendo con el 40 aniversario del primer diagnóstico de VIH, se ha organizado a nivel nacional el primer Pride positIHVo con el lema “Visibilidad = Dignidad. Por los derechos con las personas con VIH”. Dicho pride ha contado con una importante manifestación en Madrid el pasado 20 de noviembre a la que acudieron unas 2.000 personas y durante varias semanas de noviembre y hasta el 3 de diciembre se han organizado ciclos de cine y cortometrajes.

La organización de este orgullo ha servido para dar visibilidad a las más de 150.000 personas con VIH que viven en España y contribuir a derribar los muros y mitos que el estigma de la enfermedad ha creado durante años.

Por ello, desde USO creemos que la mejor manera de combatir el estigma de las personas con VIH es darles visibilidad, visibilidad en una sociedad que no debe cuestionarles por tener una enfermedad, con el fin de que no sufran ningún tipo de rechazo por su estado inmune y, mucho menos, que sean rechazadas de puestos de trabajo debido al desconocimiento empresarial del VIH.