La carrera electoral hace meses que comenzó y el mercado de trabajo funciona por inercia y con el recelo que precede a todos los posibles cambios. La inestabilidad política y las miradas hacia otro lado, los sillones del Congreso, lastran emprendimiento, inversiones y apuesta por la contratación indefinida. “Estamos viendo una curva descendente que cada vez es menos curva y menos descendente, y que encara la llegada del verano casi pegada al paro que había en 2018”, resume Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.

“El frenazo ya es innegable, incluso con un descenso neto en la contratación indefinida con respecto al año pasado, cuya traducción es que baja el paro, pero no se crea empleo: solo se contrata y se despide con periodicidad de días”, prosigue Estévez.

El paro baja más del doble en hombres que en mujeres; los contratos crecen entre los temporales; y los jóvenes siguen sin incorporarse al mercado laboral a la par que crecen los parados sin empleo anterior; es decir, parados que pasan a larga duración. “La ciudadanía está harta de ver cómo la única agencia de colocación que contrata con garantías es la que selecciona cabezas de lista, mientras las medidas para recuperar el empleo han desaparecido de esa mediática campaña electoral que solo busca filones entre las frases más originales o las ocurrencias del líder de turno. El período electoral no debe convertirse en un parón en las acciones, sino en un revulsivo de propuestas o en una apertura a escuchar las de los demás, y ni siquiera los números, negro sobre blanco, consiguen llevar la campaña hacia los problemas reales de España, que es que hemos entrado en una recesión sin habernos recuperado de la anterior. La prioridad debe ser el empleo de calidad y muy poco se está hablando de él”, remata la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.

NdP El empleo se resiente mientras los únicos contratos que importan son los de los cabezas de lista