El Gabinete de Salud Laboral de USO analiza los tipos de imprudencia que pueden influir en que no se reconozca un accidente de trabajo

Desgraciadamente, los accidentes de trabajo son el pan nuestro de cada día, pero, ¿por qué ocurren? ¿Cuáles son las circunstancias que han de darse para que un accidente sea considerado de trabajo? Respondemos a todas estas dudas.

El accidente de trabajo es un suceso multicausal. Lo que es lo mismo, ocurre por coincidir en un mismo momento del tiempo una serie de circunstancias que provocan que ese accidente suceda. No ocurre por un solo motivo o un hecho aislado, es necesario que se den varias condiciones al mismo tiempo.

Entre todas esas condiciones encontramos el estado y las condiciones ambientales de la instalación donde trabajamos; las herramientas o equipos que tenemos que manejar en nuestro trabajo y, también, el factor humano.

El factor humano esta presente en el accidente de trabajo a través de la imprudencia. En este caso, dependiendo del tipo de imprudencia puede, incluso, que no nos reconozcan el accidente de trabajo.

Tipos de imprudencia y su tratamiento en caso de accidente de trabajo

  1. Imprudencia simple

No existe una definición legal de imprudencia simple. La doctrina de los tribunales la identifican con la conducta «poco cuidadosa» del trabajador, pero exenta de temeridad y desvinculada de la prestación de servicios.

Se trataría de la conducta «usual en personas razonables y sensatas en vista de las circunstancias del caso».

En la imprudencia simple, no se ponen todos los medios para evitar el peligro, pero no se sufre o se pretende sufrir, es decir, nos ponemos en peligro por un acto negligente, como un despiste o falta de atención sin ser conscientes del peligro ni buscarlo “a propósito”. La imprudencia simple no es consecuencia del ejercicio habitual de un trabajo y derivada de la confianza que éste inspira (ésta seria imprudencia profesional).

Sería por ejemplo el caso de un accidente de tráfico sucedido en el recorrido desde el domicilio al trabajo o viceversa en el que el trabajador sufre un accidente por saltarse un ceda el paso alegando que no lo había visto. Es imprudencia simple, no lo vemos por no estar lo suficientemente atentos.

  1. Imprudencia profesional

Es consecuencia del ejercicio habitual de un trabajo y se deriva de la confianza que éste inspira. Puede ser causa de accidente de trabajo. Serían aquellas tareas que con el tiempo se vuelven monótonas y que provocan que el trabajador deje de ser consciente del riesgo al que se ve expuesto.

En la imprudencia profesional el trabajador tiene conciencia del riesgo, aunque cree que su capacidad y habilidad le permite realizar la conducta insegura sin que ocurra nada. Se produce a causa de la repetición del mismo acto durante largo tiempo sin daño personal, todo lo cual le lleva a una excesiva confianza.

La legislación trata de defender al trabajador de toda falta de cuidado, atención o negligencia, que no lleve a una calificación como imprudencia temeraria, y se cometa dentro del ámbito de su actividad profesional, protegiendo al trabajador frente a sus propias imprudencias profesionales.

El empresario ha de informar a los trabajadores de los riesgos y las medidas de seguridad derivados de sus propios comportamientos imprudentes e incluso dar órdenes e instrucciones del modo más correcto y seguro de realizar la actividad encomendada.

La calificación de la imprudencia como temeraria es muy restrictiva. En la mayoría de los accidentes en que una de las causas sea la imprudencia del trabajador, lo que le lleva a realizar el acto inseguro, se calificará como imprudencia profesional o imprudencia simple.

  1. Imprudencia temeraria

El Tribunal Supremo ha definido la imprudencia temeraria como «aquella conducta del trabajador en que, excediéndose del comportamiento normal de una persona, se corra un riesgo innecesario que ponga en peligro la vida o los bienes, conscientemente, o cuando el trabajador consciente y voluntariamente, contraría las órdenes recibidas del patrono, o las más elementales normas de precaución, prudencia y cautela exigibles a toda persona normal».

Para que concurra la imprudencia temeraria, es preciso que se observe una conducta como la inobservancia de las medidas de precaución que la persona menos previsora adoptaría; la actuación con desprecio del riesgo cierto que se deriva del trabajo o de una determinada tarea; la conciencia clara del peligro; una conducta de gravedad excepcional, una conciencia clara del peligro y una exposición al riesgo, voluntaria y consciente; o que se observe una conducta que asuma riesgos manifiestos innecesarios y especialmente graves ajenos a la conducta usual de las gentes.

La imprudencia simple o profesional no impiden que se califique un accidente como de trabajo

Solo cuando la conducta del trabajador o acto inseguro sea debido a la imprudencia temeraria del trabajador podrá calificarse el accidente sufrido por el trabajador como no laboral.

Desde USO consideramos que es importante que tanto las personas trabajadoras como los delegados de prevención y el Comité de Seguridad y Salud dispongan de esta información. Si un accidente de trabajo ha podido ser consecuencia de una imprudencia, las Mutuas tienden a intentar usar la calificación de imprudencia temeraria para eximir a la empresa de responsabilidad, especialmente si es grave.

Dependiendo del tipo de imprudencia que nos puedan atribuir, podemos tener derecho a unas coberturas asistenciales y económicas diferentes.