Tradicionalmente, enero es un mal mes para la creación de empleo, y como no podría ser de otra manera, 2015 ha arrancado con 77.980 desempleados más, de los que 52.651 son mujeres (el 67% del total de desempleados) y 25.329, hombres (33% de los desempleados), y un descenso de la afiliación de 199.902 personas. se trata de nuevo de unos datos que vuelven a poner de manifiesto la alta volatilidad del mercado laboral en España y la precariedad del trabajo que se crea.

Enero nos deja una cifra total de desempleados que alcanza las 4.525.691 personas, que sobrepasa de nuevo los 5 millones, sumando los desempleados con disponibilidad limitada y otros no ocupados. Los datos de enero también nos conducen a un panorama laboral en el que los contratos de trabajo de carácter indefinido representan tan solo el 8,79% del total de contratos; el 91,21% de los contratos son temporales y de éstos, el 28,71 lo son con jornada a tiempo parcial.

La precariedad y la temporalidad están cada vez más arraigadas en los contratos que se crean y en la verdadera realidad del mercado laboral en España. Se está construyendo un mercado de trabajo con pies de barro.

Por otra parte, merece la pena analizar los datos referidos a las contrataciones realizadas durante el mes de enero de 2015. Un total de 98.366 contratos han sido indefinidos, cifra que ha sufrido un importante descenso con respeto a diciembre de 2014 (99.853). También que durante el primer mes del año, 916.836 personas han sido contratadas de forma temporal.

También, la caída registrada en el número de afiliados a la Seguridad Social (199.902 afiliados menos) es un elemento que se debe abordar con toda la importancia que supone ya que si el sistema continúa perdiendo afiliados, tendremos que hacer frente a un nuevo reto económico y laboral, que precisará de decisivas medidas de corrección. La salida de la crisis pasa necesariamente por la creación de empleo estable y la significativa mejora de los mermados salarios.

De los datos publicados esta mañana por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, se desprende que hay 2,4 millones de beneficiarios de prestaciones por desempleo, con lo que casi el 50% de los desempleados no reciben prestación alguna. De los beneficiarios que perciben prestaciones, resulta llamativo que más de 1 millón reciben el subsidio, es decir, que han agotado la prestación. De nuevo, la cobertura del sistema de protección por desempleo se sitúa en el 57,6%.

Asistimos, por tanto a una situación que contribuye al establecimiento de la desigualdad en España, abriendo una peligrosa brecha social y económica en la sociedad española. Es llamativo que los denominados sindicatos mayoritarios estén negociando porcentajes de subida salarial claramente insuficientes para hacer frente a la pérdida de poder adquisitivo acumulado durante estos últimos años, un hecho que ahondará aún más en la desigualdad social.