Pasó de 2008 a 2010, en 2015 y vuelve a pasar en 2019: España es el país líder en paro juvenil, con un 32,7%, seguido de Grecia con un 32,5%. “España y Grecia siempre se están disputando este vergonzante primer puesto y un año más, España vuelve a ganar”, denuncia Pablo Trapero, responsable del Departamento Confederal de Juventud USO.

Si bien es cierto que desde 2013, cuando alcanzó su pico máximo del 56%, el paro juvenil está descendiendo y desde 2015 se sitúa por debajo del 50%, la ausencia de medidas reales para frenar el desempleo juvenil están demostrando que no se está acabando con un problema de presente y que repercute en el futuro.

Pese a celebrar esa disminución del paro juvenil en los últimos cuatro años, debemos tener en cuenta que muchas personas jóvenes no se inscriben en los servicios públicos de empleo, con lo cual, el número real de jóvenes en situación de desempleo va mucho más allá de la oficial reflejada en las estadísticas.

Esta alta tasa de desempleo juvenil revierte en varios problemas a corto, medio y largo plazo que no solo afectan a la juventud. Que una persona joven esté en desempleo impide en primer lugar que esa persona tenga unos ingresos propios que le permitan ser independiente y emanciparse. “Que la tasa de emancipación en España esté en el 19% y que en algunas regiones como en Extremadura sea del 17%, tal y como destacamos en nuestro informe con motivo del Día Internacional de la Juventud, no es fruto de la casualidad, sino que solo viene a constatar uno de los efectos del paro juvenil”, destaca Trapero.

La ausencia de Presupuestos Generales del Estado sumado a la inestabilidad política con dos repeticiones electorales no han hecho más que agravar esta situación. Además, las medidas parche como el Plan de Garantía Juvenil no han tenido los resultados esperados en España y el Gobierno no ha hecho nada por mejorar la situación. Solo algunos ayuntamientos como el de Gijón (Asturias) o Fuenlabrada (Madrid) han hecho un seguimiento exhaustivo de la Garantía Juvenil y han conseguido que ese plan europeo cumpliese con los requisitos exigidos.

Desde Juventud USO denunciamos que la juventud necesita empleo, pero necesita que sea un empleo de calidad y con estabilidad para poder hacer planes de futuro y, también, para poder contribuir al mantenimiento del estado del bienestar y el sistema de Seguridad Social, ya que, a peores condiciones laborales, menos ingresos para las arcas públicas.

“Esperamos que el nuevo Gobierno piense en la juventud, en sus problemas e inquietudes y de verdad aborde una legislación que contemple la creación de empleo joven de calidad. Por ello, la derogación de la actual reforma laboral y la creación de una nueva más inclusiva y que realmente tenga presente a la juventud como presente y futuro del país, es más necesaria que nunca”, concluye Trapero.