Finaliza en Bari el seminario conjunto de USO y EFAL, con el apoyo de EZA, para conocer las causas y consecuencias del despoblamiento y promover soluciones desde el sindicato

La secretaria de Comunicación y Gestión de Proyectos de USO, Laura Estévez, acompañada de una delegación de USO-Ponferrada, ha participado en Bari en la segunda parte del proyecto del sindicato sobre el despoblamiento. Esta era la segunda parte del seminario conjunto entre USO y EFAL, organizado con el apoyo de EZA, “La despoblación de las regiones: una amenaza para la igualdad de oportunidades”.

Estévez ha participado en el módulo “El regreso a la tierra de los jóvenes. ¿Tendencia o realidad para luchar contra la despoblación de las regiones del sur?”. En su ponencia, ha analizado algunos de los factores que expulsan a nuestros jóvenes de las poblaciones más pequeñas, comenzando por la falta de oportunidades educativas.

La falta de formación, primer factor de expulsión del área rural

La falta de escuelas rurales, la lejanía de los centros de secundaria y más aún de la educación superior son los primeros factores de expulsión de niños y padres, y de jóvenes de los pueblos. “Los padres no se quedan en un pueblo en el que sus hijos no pueden ir al colegio. Un pueblo sin colegio es un colegio sin niños, abocado al envejecimiento progresivo y a la desaparición. Pero, cuando a los 12 años esos niños dejan el pueblo para acudir al instituto a pequeñas ciudades, comienza el desarraigo, que se completa con la falta de oferta formativa superior”, analiza Laura Estévez.

Por ello, “las nuevas tecnologías permiten crear también centros rurales agrupados en secundaria, favoreciendo que se fije población joven en pueblos más pequeños. Y, sobre todo, hace falta una deslocalización de la educación superior, con algo de oferta formativa comarcalizada, que aproveche las oportunidades futuras laborales del territorio. Con la formación pegada al territorio, se corrige parcialmente el primer escalón del éxodo de los jóvenes”, reivindica la secretaria de Comunicación y Gestión de Proyectos de USO.

Estévez aboga a su vez por una mayor implicación de las Administraciones locales en los itinerarios formativos de sus habitantes más jóvenes; sobre todo, teniendo en cuenta uno de los principales valores de los pequeños núcleos de población: el conocerse todos. “Muchos jóvenes se van de sus lugares de origen por decisión propia; pero otros, por falta de oportunidades para estudiar o para su primer empleo. La Administración local puede y debería hacer un seguimiento de esos estudiantes y ofrecerles unas prácticas, directas o a través de empresas locales, para que reconecten con el pueblo nada más terminar los estudios. Quizá algunos decidan finalmente marcharse, pero otros muchos retornarán”, propone.

Sin oportunidades laborales, no habrá retorno rural

Laura Estévez analizó la gran fuga de jóvenes formados durante la crisis financiera a países del norte. Y, después, otro momento histórico: la conciencia de “casa” emanada de la pandemia y el confinamiento, y el tímido movimiento de retorno a los pueblos. “Aunque aún es pronto para analizar si son hechos aislados o constituirán una tendencia, algunos datos son esperanzadores. Por ejemplo, la matrícula en los Centros Rurales Agrupados, que creció en Asturias en el primer curso de la pandemia, 2020/21, ha continuado al alza en los siguientes dos años. Eso implica no solo niños, sino también adultos jóvenes que han elegido el retorno al mundo rural. Obviamente, con una oportunidad laboral, encontrada o creada”, expuso Estévez.

Porque “es obvio que, sin una oportunidad laboral, es imposible apostar por una movilidad o una permanencia en el pueblo. Son de nuevo las Administraciones de núcleos pequeños las que deben tener entre sus prioridades la creación de empleo en su comarca, favoreciendo el asentamiento de pequeñas empresas, microempresas o autónomos emprendedores. En este caso, uno de los principales problemas que afronta la persona que apueste por un pueblo es el escaso parque de alquiler en los núcleos rurales. Por ello, es básico promover un censo de viviendas vacías y potencialmente disponibles para ellos”.

Por último, “aunque resulte más fácil convencer de volver a casa al que se ha ido porque mantiene lazos con el pueblo, nuestro mundo rural necesita de cualquier persona interesada en habitarlo. Aquí el trabajo es mayor: tenemos que conseguir que personas que nunca han oído hablar de nuestra provincia, de nuestro pueblo, se interesen por trabajar en él. Una buena opción, gracias a las nuevas tecnologías, es promover páginas webs conjuntas de varios municipios, optimizadas con ingeniería SEO, en las que se oferten las vacantes en esa comarca y los servicios de acogida que se ofrecen junto con el puesto de trabajo”, propone Laura Estévez.

Despoblamiento y reto demográfico

Por su parte, el secretario general de USO-Industria en Castilla y León y responsable de USO-Ponferrada, Gabriel Garnelo, ha sido el encargado de hacer una radiografía del reto demográfico de la España vaciada. En “La despoblación de la España interior”, Garnelo ha desgranado la estructura territorial y poblacional de España. Se ha centrado especialmente en los pequeños municipios y los más envejecidos.

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“6.800 de los 8.131 municipios españoles tienen menos de 5.000 habitantes. Es más, casi el 84 % de los municipios españoles concentran únicamente el 12 % de la población. 23 provincias, todas interiores, componen la llamada España vaciada y 29 capitales de provincia han perdido población en la última década. Eso, a pesar de que España, en su conjunto, no ha dejado de ganar habitantes. Tras sobrepasar al fin la barrera de los 40 millones de habitantes, en este siglo hemos alcanzado ya los 47 millones”, expuso Garnelo.

“El reto demográfico no es solo una cuestión de ganar o perder población, es también un desafío para con la que se queda. Esa población rural debe tener los mismos servicios sociales, los mismos derechos y la misma igualdad de oportunidades”, reivindica el responsable de USO-Ponferrada.

La mujer, clave para la repoblación rural

La España vaciada está, “sobre todo, vacía de mujeres. Hay una masculinización del mundo rural. Un mundo rural sin mujeres supone, a la larga, un mundo rural sin niños, sin jóvenes, sin relevo generacional. 2 de cada 3 personas que abandonan el campo son mujeres, y son, además, mujeres jóvenes. La mujer rural es mayoritariamente una mujer envejecida, mayor de 65 años e incluso de 80. Hay un sobreenvejecimiento de la población y tiene rostro de mujer”, analizó Garnelo.

En este sentido, el secretario general de USO-Industria en Castilla y León avanza que “si queremos volver a poblar el interior, la principal actuación hay que enfocarla a atraer mujeres al mundo rural”.

Cierre del seminario y continuación de los trabajos

Antonio de Caro, alcalde de Bari y presidente de la ANCI, equivalente a la Federación Española de Municipios y Provincias, fue el encargado de cerrar el seminario. De Caro agradeció la apuesta de este proyecto conjunto por el sur de Italia, como puntal del despoblamiento y envejecimiento en el país.

Formación y futuro laboral, los grandes pilares contra el despoblamiento

Además, durante las sesiones en Italia se ha aprobado por todas las organizaciones participantes el documento de reivindicación de infraestructuras para el noroeste español, tal y como se acordó en Villafranca del Bierzo. Un documento que, ahora, se enviará a las diferentes Administraciones españolas como prioridades detectadas para el desarrollo de estas zonas.

“La despoblación de las regiones: una amenaza para la igualdad de oportunidades”, primer proyecto conjunto en el seno de EZA, no acaba en Bari. Tras las sesiones en ambos países, se ha acordado seguir profundizando en el vasto y complejo problema que supone la despoblación y darle continuidad al proyecto en los próximos años.