Tras analizar el informe de la OCDE, USO considera que la salida de la crisis no será posible aplicando medidas como congelar el SMI o mantener la prevalencia de los convenios de empresa

La salida de la crisis provocada por la pandemia no será posible si se vuelven a aplicar las medidas erróneas que la OCDE recoge en su Estudio Económico de 2021 sobre España. Tras analizar el texto, USO ha realizado aportaciones a través del Consejo Asesor Sindical ante la OCDE (TUAC).

A pesar de que el informe reconoce la existencia de ciertos factores perjudiciales para la economía española -como el abuso de la temporalidad y parcialidad en el empleo-, USO considera que sigue repitiendo los mismos errores del pasado al recomendar no subir el salario mínimo o la prevalencia de los convenios de empresa sobre los sectoriales, entre otros aspectos lesivos.

Principales observaciones de los sindicatos

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publica cada dos años un estudio económico de cada país realizando recomendaciones sobre política fiscal y económica. Este año, el Estudio Económico de la OCDE sobre la economía española analiza el impacto de la crisis del covid-19 y ofrece una serie de recomendaciones para reformar la economía y afianzar la recuperación.

Los sindicatos, a través de la TUAC, han realizado una serie de observaciones al estudio entre las que destacan, por un lado, no volver a aplicar recortes. Así, el Estudio señala que la pandemia provocó una recesión económica sin precedentes, con una contracción económica en 2020 cercana al 11% del PIB español.

En este sentido la OCDE recomienda mantener el apoyo fiscal el tiempo necesario para atravesar la crisis, focalizándolo más, aunque advierte del alto nivel de deuda pública (117%). Ante esto, el Estudio recomienda que se avale una “trayectoria plurianual para la estrategia de consolidación fiscal”, sin especificar claramente si dicha consolidación debiera adoptar la forma de un recorte completo del gasto y el aumento de impuestos (es decir, las ya conocidas recetas de austeridad), o dejar suficiente espacio para planes de inversión en infraestructura, empresas viables y empleos de calidad.

Acabar con las políticas laborales lesivas

Por otro lado, los sindicatos solicitan acabar con las políticas laborales lesivas. El desempleo pasó en España del 14,1% en 2019 al 15,5% en 2020. Y no se espera que disminuya gradualmente, al menos, hasta 2022.

La OCDE destaca los problemas estructurales en el mercado laboral que fomentan los altos niveles de desigualdad de ingresos en España, con colectivos especialmente vulnerables como los jóvenes, las personas poco cualificadas y las que tienen empleos temporales. De esta manera, el documento reconoce que “el uso generalizado de contratos temporales aumenta la desigualdad y la pobreza laboral” y sugiere medidas para abordar la dualidad del mercado laboral como la limitación de los contratos temporales o incentivos para contratar a trabajadores vulnerables.

Sin embargo, las recomendaciones de la OCDE para afrontar esta salida de la crisis vuelven a incluir los contratos temporales como la mejor manera de consolidar la recuperación en España. Con ello se muestra la falta de visión para una recuperación basada en un empleo distinto al precario y en la explotación de los trabajadores. Tampoco se contempla la necesidad de revisar las reformas estructurales anteriores que debilitaron la negociación colectiva y la protección del empleo. Estas tuvieron efectos perjudiciales sobre la masa salarial, obstaculizando la demanda interna y aumentando la desigualdad de ingresos.

Negociación colectiva y SMI

La negociación colectiva fue otro de los aspectos más debilitados por las últimas reformas laborales. Por ello, el movimiento sindical pide recuperar el papel de la negociación colectiva.

La OCDE apoya la introducción de la prioridad de los acuerdos a nivel de empresa sobre los acuerdos sectoriales, sin tener en cuenta que estos últimos pueden adaptarse en gran medida a las realidades económicas y que son los que están en mejores condiciones para fijar unos salarios que luego pueden ajustarse a nivel de empresa, sobre todo, teniendo en cuenta la alta prevalencia de de las pequeñas y medianas empresas y de microempresas en España.

Además, el Estudio no tiene en cuenta las propias conclusiones de la OCDE que recientemente señaló el papel positivo de la negociación colectiva coordinada sobre el aumento del empleo y la calidad del mismo; al tiempo que reduce el desempleo y la desigualdad de ingresos.

Por último, los sindicatos han reivindicado el aumento del salario mínimo. La OCDE muestra su preocupación por el hecho de que los aumentos repentinos del nivel de salario mínimo puedan afectar negativamente al empleo, en particular a los trabajadores jóvenes y poco cualificados. Así, sugiere el establecimiento de una comisión independiente para evaluar el nivel correcto del salario mínimo.

Sin embargo, aún con los recientes aumentos, el salario mínimo en España todavía se sitúa en el 50% del salario medio, lo que está por debajo del promedio de la OCDE (55%). Además, tampoco se tiene en cuenta el impacto positivo del aumento de los salarios en la demanda debido a la mayor propensión al consumo de las personas, conduciendo a un ciclo positivo de inversión y crecimiento del empleo en el tiempo. A esto hay que añadirle el reciente informe llevado a cabo por una comisión de expertos independientes que propone aumentar el salario mínimo en un rango entre el 6,4% y el 10,4% hasta 2023.