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Suben los precios en transporte, vivienda y alimentación
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Otros elementos ineludibles, como la tasa de basuras, se encarece este mes un 14,5 %
El IPC general ha subido un punto en cuatro meses, desde el 2 % de mayo al 3 % con el que cierra septiembre. Un inicio de curso muy cuesta arriba que golpea a todos los productos imprescindibles. Destaca el propio INE en su resumen que, con respecto a 2024, se incrementa el transporte, excepto el aéreo, y la electricidad, nada menos que en un 7,1 %.
Y, en el plano mensual, el inicio de temporada encarece los precios de la ropa y calzado. Y, sobre todo, la tasa de basuras, que sube de media un 14,5 %.
La enseñanza infantil y primaria, ya que hablamos del inicio de curso, cuesta un 3,9 % que el mes pasado; y la secundaria, el 3,4 %. Además de la subida de la carne y el pescado. Pero es que justo la alimentación es la que sigue liderando el aumento de precios en los últimos cuatro años: el 31,3 % desde 2021, con productos que presentan porcentajes obscenos. Los huevos, el 66,1 %; la ternera y el cordero, por encima del 45 %; la leche, el 44,5 % y otros básicos, como patatas, legumbres, cereales y aceite, por encima del 33 %; además del café, las infusiones y el cacao, que se acercan al 50 %.
“Destacar que el conjunto de precios sube un 3 % ya nos da una idea de que la inflación no deja respirar. Pero, analizando uno por uno los productos, la dimensión del problema aumenta. Estos que hemos nombrado son artículos que necesitamos semanal o diariamente. No hablamos de comprar dos jerséis a los niños para la nueva temporada, sino de una docena de huevos a la semana, un litro de leche al día, filetes dos o tres veces a la semana… esa es la verdadera inflación, la que nos afecta, no la compensación a la baja de otros productos o servicios prescindibles”, refleja Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Mientras tanto, “la subida salarial media pactada es del 3,5 %. No sería un mal dato si el IPC fuera homogéneo, pero ya hemos visto que con ese 3,5 % hay que hacer frente a gastos imprescindibles que recogen incrementos muy superiores. Además, los convenios que han subido más del 3 % afectan a unos 7 millones de trabajadores, la tercera parte de las afiliaciones a la Seguridad Social. Si a esto sumamos la discontinuidad, la parcialidad y otras mermas de salario, el problema es de dimensiones estructurales”, advierte Pérez.
El secretario general de USO reclama retomar la negociación parlamentaria de grandes políticas laborales, “en mayúscula, sin pegatinas partidistas. Políticas que beneficien a todos y que luchen contra la pobreza. Porque esta subida continuada de precios, y más en los hogares con niños, lleva a acrecentar la pobreza. La subida de los salarios se la comen la vivienda y la alimentación, mientras que los beneficios van para determinados sectores, no para los trabajadores. Contención de precios, reforzar la negociación colectiva, elevar en consonancia el SMI y una fiscalidad equitativa a los beneficiarios de estas ganancias deben ser las prioridades”.
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