La precariedad laboral global, los incumplimientos en trabajo infantil o el deterioro de la libertad sindical, reivindicaciones claves para la Jornada Mundial por el Trabajo Decente
Cada 7 de octubre, se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, una fecha que recuerda la necesidad de situar el empleo digno en el centro de las políticas públicas y empresariales.
El concepto de trabajo decente, acuñado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1999, se define como aquel que ofrece oportunidades de empleo productivo, con un ingreso justo, seguridad en el lugar de trabajo, protección social para las familias, igualdad de oportunidades y derechos laborales para todas las personas.
La Jornada fue instaurada por la Confederación Sindical Internacional (CSI) en 2008 y, desde entonces, se ha convertido en un día de movilización global para exigir avances reales en la defensa de los derechos laborales. Este año, tanto la CSI como la Confederación Europea de Sindicatos (CES) hacen un llamamiento a gobiernos y empleadores para reforzar la lucha contra la precariedad, garantizar la negociación colectiva y situar el trabajo decente como eje de la transición digital, verde y demográfica.
Objetivos de de Desarrollo Sostenible
En 2015, con la aprobación de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, 193 países firmantes se comprometieron a cumplir 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el horizonte de 2030. Este año, se cumplen 10 años de su adopción. En concreto, el ODS 8 recoge de forma expresa la necesidad de promover el trabajo decente y el crecimiento económico inclusivo y sostenible. Las principales metas del ODS 8 son:
- Mantener un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible.
- Lograr el empleo pleno y productivo, garantizando un trabajo decente para todas las personas.
- Reducir la proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan.
- Erradicar el trabajo forzoso y las peores formas de trabajo infantil.
- Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin riesgos.
Datos y estadísticas internacionales relevantes
Según el último informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2025 de la OIT, la tasa mundial de desempleo se mantiene alrededor del 5 %. Es un nivel similar al de 2023. Sin embargo, el crecimiento del empleo sigue siendo muy débil para poder cerrar las brechas del llamado “empleo decente”. Los jóvenes enfrentan una situación especialmente difícil: su tasa de desempleo global ronda el 12,6 %.
En cuanto a indicadores globales, la OIT reporta que, para 2023, la tasa mundial de participación laboral fue del 60,8 %, mientras que la tasa de desocupación estimada fue de 5,1 %.
En materia salarial, también hay señales de recuperación: los salarios reales crecieron un 2,7 % a escala mundial en 2024, la mayor subida en más de 15 años. Sin embargo, buena parte del avance se concentra en ciertos países, y persisten desequilibrios internos.
Deterioro de la libertad sindical
Sobre los derechos laborales, el Índice Global de Derechos 2025 de la CSI alerta de un deterioro mundial del respeto a libertades sindicales y negociación colectiva. Por ejemplo, en las Américas, se documenta que un 92 % de los países impidieron el registro de sindicatos, un 88 % violó el derecho de huelga y un 80 % vulneró la negociación colectiva. A nivel global, el informe subraya que muchos gobiernos están imponiendo restricciones crecientes que limitan la acción sindical y la libertad de asociación.
En cuanto al trabajo infantil, un informe conjunto de la OIT y UNICEF estima que 138 millones de niños y niñas en el mundo realizan algún tipo de trabajo. Muchos de ellos, además, en condiciones peligrosas.
Este 7 de octubre, el movimiento sindical internacional vuelve a alzar la voz para que el trabajo decente deje de ser una aspiración y se convierta en un derecho garantizado en todo el mundo.
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