El pasado 2 de marzo se celebró en el Centro de Formación, en Madrid, la Jornada Confederal de Inmigración 2016, que contó con la intervención de Carlos Mora, subdirector general de Inmigración, quien ofreció una amplia visión de la inmigración en España, y gracias a su amplia experiencia en la materia, el recorrido histórico de las políticas públicas: la gestión de los flujos migratorios, la lucha contra la inmigración irregular y la trata de seres humanos, las políticas de integración, las políticas europeas, hasta llegar a las últimas reformas relacionadas con la gestión del talento, donde la inmigración se considera un elemento de riqueza y mejora de la competitividad y que está siendo copiado por otros países.

Se puso de manifiesto algunas de las disfunciones que se dan en la práctica ya que intervienen diferentes Ministerios y diferentes entes territoriales que hacen difícil la coordinación y no permiten que los procesos sean todo lo ágiles que deberían, unas veces por falta de medios o por mala gestión. En palabras del propio Mora, que “un procedimiento dure más de 15 días es malo, más de un mes es horrible”.

Según su opinión la Administración debe ser capaz de simplificar la gestión y de ser ágiles, por ejemplo, a través de la simplificación de las diferentes figuras de residencia y trabajo que existen o no pidiendo documentación que la Administración ya tiene. Facilitó algunas cifras recientes: 2.400.000 personas residentes en España en régimen comunitario, y 400.000 familiares; 1.100.000 personas residentes en España en régimen general (extracomunitarios); las solicitudes de protección internacional han pasado de las 4.500 en 2013 a las 15.000 solicitudes en 2015. Las cifras de resoluciones de permisos de residencia han caído de 350.000 en 2007 a 900 en 2015.

Carlos Mora destacó la necesidad de las 3.000 personas al año que vienen a España para la temporada de recogida de la fresa en Huelva o la pera en Lleida, así como durante todo el año en Almería, unos 700-800 trabajadores. Estos trabajadores y trabajadoras hacen posible que las campañas se lleven a cabo.

Finalizó su intervención aportando cifras de reubicación de personas refugiadas que el Estado español se ha comprometido a acoger, unas 15.000, de las cuales han llegado a España 18, por lo que algo está fallando.

La Jornada contó también con la participación de Rosario Zanabria, presidenta de la Asociación ARI-Perú, organización de derecho privado sin fines de lucro que trabaja por la defensa de los derechos y libertades de la ciudadanía de origen extranjero en el ámbito de las migraciones internacionales, las políticas de igualdad y no discriminación y la cultura de la paz. Zanabria, en su intervención, destacó que el movimiento asociativo está casi destruido, sin recursos ni apoyos que han hecho que se cierren muchos dispositivos de atención, entre ellos los propios de la ARI-Perú al no poder hacer frente a las demandas de la población después de 23 años de trabajo en España. “Se ha retrocedido 20 años en muchos aspectos, derechos, empleo, asistencia sanitaria, y es la sociedad civil la que debe defender sus derechos en dignidad para todos y todas”, valoró Zanabria.

ARI-Perú, desde su trabajo como vocales en el Foro para la Integración Social de los Inmigrantes, están intentando sacar adelante un informe que analice la situación del trabajo asociativo en España. Rosario agradeció la implicación de los sindicatos en este tipo de programas de asesoramiento e inserción socio-laboral de inmigrantes.

El resto de la jornada estuvo dedicada al trabajo interno de los responsables de Inmigración y a la programación de actividades que se llevarán a cabo a lo largo de 2016, con importantes aportaciones. Desde USO agradecemos el esfuerzo de todas las personas que trabajan en este programa en los diferentes territorios, con nuestras oficinas de atención en Albacete, Barcelona, Madrid, Murcia y Sevilla.