Hoy, 5 de junio, se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. La jornada fue instituida por las Naciones Unidas por primera vez en 1974, tras la decisión adoptada por la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano celebrada dos años antes.

Tal y como aseguran en la ONU, el Día Mundial del Medio Ambiente ha ayudado al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) a concienciar y crear presión política para abordar preocupaciones crecientes, como la reducción de la capa de ozono, la gestión de productos químicos tóxicos, la desertificación o el calentamiento global. USO quiere reconocer también que este Día se ha convertido en una gran plataforma mundial para tomar medidas sobre cuestiones medioambientales, promover el cambio en nuestros hábitos de consumo, así como adoptar iniciativas en las políticas nacionales e internacionales.

El medio ambiente abarca varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que forman parte de la Agenda 2030 y de los Acuerdos de París para mitigar el cambio climático: el número 6, agua limpia; el 7, energía no contaminante; el 13, acción por el clima; el 14, vida submarina, y el número 15, ecosistemas terrestres.

Para USO el Día del Medio Ambiente representa una llamada urgente de atención para implicarnos en activar medidas que protejan la biodiversidad y los espacios naturales; el apoyo a la economía circular, que logre la reducción de residuos, incremente el reciclaje y potencie la reutilización; la apuesta, también, por una movilidad y energía con cero emisiones; y obviamente, la garantía laboral de un medio ambiente saludable para los trabajadores en sus respectivos empleos.

Para alcanzar varios de estos propósitos se precisan medidas de transición justa que compensen la reducción o eliminación de sectores productivos con el nacimiento y crecimiento de otras actividades, donde los trabajadores participen y puedan negociar y acordar las medidas transitorias.

Sin duda alguna, el movimiento sindical quiere protagonizar las discusiones sobre la transición justa. De hecho, desde la Confederación Sindical Internacional (CSI) se ha propuesto una campaña, para el día 26 de junio, con la que los trabajadores tomarán iniciativa preguntando a los empleadores si cuentan con un plan para reducir emisiones. Se pretende con ello empezar a dialogar con los empresarios -si no se ha hecho antes-, respecto a sus planes para que las operaciones en la producción y los puestos de trabajo estén a prueba del clima.

Según los cálculos de la organización internacional, unas acciones firmes respecto al clima podrían generar más de 65 millones de empleos, además de evitar cerca de 700.000 muertes prematuras ocasionadas por la contaminación del aire.

USO se une a la CSI para promover una ‘Transición Justa’ que garantice el futuro y los medios de subsistencia de las trabajadores, y sus comunidades, en la transición hacia una economía baja en carbono. Sin duda alguna los sindicatos podemos trabajar con la dirección de las empresas con vistas a adaptar los cambios, situando las medidas de transición como un elemento central en los planes estratégicos. El futuro de nuestro planeta y la vida humana en él lo merecen.