LSB-USO se ha reunido con la dirección de la empresa Aernnova tras una primera movilización, una concentración frente al Gobierno Vasco, como protesta por el incumplimiento de los acuerdos hace cuatro años. Los trabajadores denuncian un aumento notable de la carga de trabajo y una merma de las condiciones laborales, así como la creación, por parte de la empresa, de listas con trabajadores que se encuentran de baja, o listas con trabajadores “menos eficientes”.

En 2015, la dirección de la empresa presentó un ERE de extinción para 133 personas, más de la cuarta parte de la plantilla, que está formada por 561 trabajadores. Finalmente, el ERE fue retirado por parte de la empresa y comenzó la negociación de un convenio con la mediación del Gobierno Vasco. Ese nuevo convenio firmado recogía una subida salarial supeditada al ajuste de plantilla óptimo, según la empresa, para recuperar la competitividad.

“En la firma de ese convenio nos engañaron: lo firmamos por cinco años y a los dos años y medio cambiaron el tablero. La empresa había suscrito que, con una plantilla de 445 trabajadores, las cuentas estarían cuadradas y se aplicarían las subidas pactadas. Sin embargo, efectuó el plan de ajuste hasta los 461 trabajadores y, tras cien despidos, dijo que no se daban las condiciones para las subidas. Por nuestra parte, entendemos que se ha incumplido el acuerdo, ya que se ha destruido empleo y no se ha mejorado el que quedó”, explica Maximino Ruiz, delegado por USO en Aernnova.

Los trabajadores denuncian la congelación salarial a la que han sido sometidos durante una década. “En estos últimos años, hemos sufrido pérdidas de hasta el 12% solo en relación al IPC, viendo cómo en cada nuevo convenio nos incluyen reducciones de nuestras condiciones laborales. A esto se suma que, en la firma, se garantizó el empleo para 445 personas aunque no hubiera carga de trabajo. Sin embargo, los 461 que nos hemos quedado estamos desbordados, con carga de trabajo que daría para otras 50 contrataciones. De hecho, nos han hecho recuperar 5 días de los que estuvimos regulados el año pasado en casa como una ‘flexibilidad negativa’ para sacar adelante la producción. Por desgracia, parte de la representación sindical está dando por buena esa burla a la que nos están sometiendo”, finaliza Ruiz.

Desde LSB-USO, se exige la revisión de los acuerdos firmados por parte de la empresa, así como aumentos de plantilla y condiciones laborales dignas para los trabajadores. Tan solo queda un año y medio de vigencia del convenio, y solo será aceptada una oferta buena para que, tanto plantilla como comité, comprueben que la empresa está dispuesta a dar pasos hacia adelante. En septiembre, los trabajadores volverán a las movilizaciones.