La erupción volcánica en la isla de La Palma ha dejado hasta el momento casi 200 edificios destruidos y 6.000 personas desalojadas. USO recuerda las medidas de protección que deben adoptarse para ciudadanos y trabajadores

La erupción volcánica en La Palma ha destruido hasta el momento casi 200 edificios y viviendas, y 6.000 personas han tenido que ser desalojadas.

USO traslada su apoyo y solidaridad a todos los palmeros y los trabajadores que están velando por que no se tengan que lamentar víctimas mortales. Deseamos que la vuelta a la rutina diaria sea lo más rápida posible para las personas afectadas por la erupción del volcán Cumbre Vieja.

Como ha quedado demostrado, la volcanología permite determinar, con bastante aproximación, dónde y cuándo va a producirse una erupción volcánica e incluso adelantar hipótesis sobre el previsible comportamiento de dicha erupción. Y precisamente por ser un fenómeno susceptible de ser predicho, es posible diseñar planes de prevención y mitigación, como ha ocurrido en La Palma. También deben adoptarse medidas de protección para ciudadanos y trabajadores.

Factores de peligro de una erupción volcánica

La erupción volcánica puede prolongarse durante meses y los factores de peligro que posee son múltiples: coladas lávicas; flujos de piroclastos y caída de cenizas; lahares y avalanchas; gases; sismos volcánicos; tsunamis; anomalías térmicas o deformaciones del terreno.

En términos generales, los peligros volcánicos de lavas, flujos piroclásticos, colapsos de ladera y lahares, conducen a la destrucción total de las infraestructuras que encuentran a su paso. Así, para salvar la vida de las personas, se debe proceder a la evacuación preventiva de la población de las probables zonas afectadas.

Otros peligros volcánicos, como las cenizas, presentan una incidencia variable en función de la distancia al centro emisor y de otros parámetros como el viento. Por ello, si se va a permanecer en una zona de peligro moderado deben seguirse las recomendaciones de las autoridades.

Ante una erupción volcánica será necesario adoptar algunas precauciones. Por ejemplo, el uso del casco, dado que el impacto en la cabeza de una pequeña bomba puede resultar mortal. También se recomienda utilizar mascarilla, para evitar la inhalación de las partículas de cenizas y los gases que contienen o máscaras autónomas antigás con filtros para gases ácidos. Y extremar las precauciones al circular por zonas cubiertas de materiales volcánicos recientes.

Planes de Emergencia de Protección Civil

Además de estas medidas, existe también una planificación de Protección Civil ante emergencias producidas por erupciones volcánicas. Esta planificación constituye una estrategia global de preparación ante catástrofes en las que se incluyen:

  • Redacción de planes de actuación.
  • Organización de medios.
  • Coordinación de emergencias.

La planificación ante una emergencia por erupción volcánica se actualiza a partir de la información aportada por el sistema de vigilancia y los mapas de riesgo establecidos para la actividad que presenta el volcán.

El Plan de Emergencia, entre otras cosas, especifica las medidas a adoptar en función de la actividad del volcán. Como caso extremo figura la evacuación de la zona, indicando para ello las rutas de salida, los puntos de concentración y los medios de transporte a utilizar si fuera necesario.

Cuando Protección Civil o las autoridades correspondientes dan la señal de evacuación, es porque se considera indispensable para proteger la vida. En estos casos:

  • Se deben seguir las instrucciones y mantener la calma asegurándose que los familiares están presentes en el punto acordado o sitio de reunión para iniciar la evacuación.
  • No se debe perder tiempo tratando de llevar pertenencias o animales que dificultan la evacuación.
  • Al evacuar, debe cuidar que puertas y ventanas queden cerradas y señalizar que se trata de un domicilio evacuado, siguiendo las indicaciones del Plan de Emergencia Local.

Solo las autoridades serán las responsables de comunicar el regreso a las viviendas, comprobando en qué condiciones se encuentran las instalaciones de gas, agua y electricidad.

A diferencia del riesgo sísmico, en el riesgo volcánico el impacto no es inmediato y el problema no radica en la erupción sino en el desarrollo de la crisis volcánica que puede prolongarse durante años. Las evacuaciones preventivas pueden repetirse y las zonas de exclusión se pueden mantener indefinidamente.

Reacciones psicológicas

Esta situación puede generar una serie de reacciones psicológicas. Es natural que tanto los jóvenes como los adultos sientan cierto temor ante un fenómeno natural desconocido, de larga duración e incapaces de controlar.

Las personas reaccionan ante las catástrofes de formas diferentes, con manifestaciones de temor, miedo, ansiedad, según la influencia de factores:

  • Ambientales: dependerán de las características del fenómeno volcánico, su duración, intensidad, grado de destrucción y número de víctimas.
  • Individuales: la personalidad de cada persona juega un papel determinante en la forma de afrontar y evaluar una situación de catástrofe natural.
  • Sociales: el apoyo familiar y social reforzará la sensación de pertenencia a un colectivo que actúa protegiendo al individuo.

Desde USO, recordamos que en todo tipo de catástrofes aparecen reacciones emocionales muy fuertes, generalmente de enfado y odio, y en algunos casos, cuando hay víctimas mortales, aparecen asociadas al sentimiento de culpa. Además de alteraciones del sueño y de la alimentación, asoma una pérdida de confianza y una disminución en el sistema de creencias y valores. En estos casos, se debe solicitar ayuda profesional para que se les proporcione a las personas afectadas herramientas con las que afrontar la situación y restablecer el equilibrio.