Los días 6 y 7 de octubre, se ha celebrado en Bratislava, la VII Escuela de Verano del PERC, Consejo Sindical Paneuropeo, que integra a todos los sindicatos europeos, procedentes tanto de los países de la Unión Europea y de la EFTA como de la desintegración de los antiguos estados de Yugoslavia y la Unión Soviética. En total, el PERC lo forman 89 sindicatos de 43 países, algunos no reconocidos internacionalmente. Esta estructura sindical, el PERC, la “regional” de la Confederación Sindical Internacional, está presidida también por Bernadette Ségol, secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos.

En este ciclo de conferencias, que ha contado con la participación de Jaap Wienen, de la Secretaría de la CSI, Patrick Itschert, de la CES y Grigor Gradev, secretario ejecutivo del PERC, han tenido lugar debates y ponencias sobre la actual situación económica, la diversidad de la fiscalidad – con baja presión fiscal, un porcentaje alto de imposición indirecta sobre la directa, que rebela una guerra a la baja en la fiscalidad con el ánimo de captar inversiones exteriores, pero que nunca tiene fin-, y el respeto a los derechos laborales, con revisión del trabajo anual de la CSI sobre el respeto de los derechos laborales en todo el mundo.

En la Escuela de Verano han participado sindicatos de países occidentales como Finlandia, Suecia, Bélgica, Francia, Alemania, Austria, Italia y Espaňa, entre ellos, la Unión Sindical Obrera.

Finalmente, se expusieron dos trabajos-estudios internos comparativos entre los sindicatos del PERC con los sindicatos europeos de la CES, en los que se rebelaron que estos sindicatos de la CSI de “la otra Europa” tienen un porcentaje de afiliados y cuadros femeninos y juveniles muy inferiores y cómo, estos dos campos, deben considerarse tareas prioritarias en la agenda de acción sindical. Este reto será un camino largo de recorrer, con dificultad añadida en los sindicatos del este y sudeste europeos.

La situación de los sindicatos del este y sudeste de Europa es diversa y compleja, con graves limitaciones para su actuación sindical, carencias en el diálogo social, legislaciones muchas veces hechas al dictado de organizaciones multinacionales que han querido forzar alineamientos neoliberales y con legislación fiscal muy favorable a las multinacionales y que ocasiona recortes de las prestaciones sociales. Los salarios son muy bajos y los problemas laborales grandes. Además el pluralismo sindical es reciente en muchos países y existen reticencias entre ellos, con alguna dificultad de convivencia o de unidad de acción.