Brecha de género y paro juvenil: los desafíos pendientes del mercado laboral español en 2024

El Consejo Económico y Social ha publicado la Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral de España en 2024 en la que analiza el comportamiento del mercado laboral durante el pasado año.

España mantuvo en 2024 un ritmo destacado de creación de empleo, aportando casi una cuarta parte del empleo neto de la UE. Sin embargo, no pueden ocultarse graves deficiencias estructurales que persisten: España sigue liderando el desempleo en Europa (11%), único país con doble dígito. El paro juvenil, el desempleo de larga duración entre mayores de 55 años y las brechas de género continúan.

Según la memoria del CES, estas deficiencias se traducen en dificultades para que los jóvenes se incorporen al empleo y en una mayor incidencia del desempleo, total y de larga duración, entre mujeres y grupos de mayor edad. De esta forma, se acorta la vida laboral media efectiva y se produce un mayor paro estructural en España, siendo los mayores retos a los que se enfrentan las políticas de empleo.

Jornadas parciales, reducción de la temporalidad, más despidos

También en su memoria de 2024, el CES aborda el empleo a tiempo parcial, que experimentó un nuevo crecimiento, y el descenso de la temporalidad, acumulando ya 10 puntos menos desde 2021. En el sector privado, tanto hombres como mujeres registraron tasas inferiores al 15%. El sector público, pese a los esfuerzos de consolidación del empleo estable con descensos de hasta 5 puntos en dos años, mantiene valores mucho más altos y una brecha persistente de casi 10 puntos entre géneros.

Por otro lado, el CES destaca el aumento del 8% en los despidos individuales (cerca de 50.000 más). Los despidos colectivos aumentaron ligeramente, originados principalmente por causas económicas y pérdidas actuales, mientras que las suspensiones contractuales se debieron mayoritariamente a causas de producción y técnicas.

Impulso de la población inmigrante

Como en los dos años anteriores, el mercado laboral en España se vio impulsado por la población de origen inmigrante (de nacionalidad extranjera y de doble nacionalidad). Según datos de la Memoria del CES, todo el crecimiento de la población en edad laboral y activa se debe a este grupo. En la ocupación, el peso de la población inmigrante supone un 20% del total.

Persiste la brecha generacional

España experimentó en 2024 un crecimiento extraordinario del empleo juvenil, con 100.000 ocupados más entre los menores de 25 años (8,4% de incremento). En Europa, el aumento fue marginal (0,3%). Desde 2021, el empleo joven español ha crecido un 33% frente al 10% europeo.

Pese a estos avances, España mantiene una profunda brecha de edad en el mercado laboral. La tasa de empleo juvenil alcanzó el 25%, muy inferior al 72% general y al 35% de la media europea para este grupo. Con 1,3 millones de ocupados menores de 25 años, aún faltan 700.000 empleos para recuperar los niveles de 2005-2007, evidenciando las secuelas duraderas de la crisis financiera.

La tasa de actividad juvenil continúa descendiendo hasta el 34% (frente al 41% europeo), mientras que cerca del 9% de los jóvenes busca empleo sin éxito. Aunque esta cifra ha mejorado sustancialmente desde el 19% de 2014, la magnitud del desempleo juvenil español exige políticas de empleo más ambiciosas, orientadas a resultados concretos de empleabilidad e inserción laboral adaptadas a las necesidades del tejido productivo.

Y también, la brecha de género

Las desigualdades de género también persisten de forma significativa en el mercado laboral español en 2024. La tasa de empleo masculina supera en 10 puntos a la femenina. Esta situación refleja una brecha de actividad originada principalmente por la atribución tradicional a las mujeres de las responsabilidades de cuidados.

Es innegable que la carga de cuidados genera mayor inactividad laboral y trabajo a tiempo parcial entre las mujeres: el 1,8% permanece fuera del mercado laboral por responsabilidades familiares y el 25,2% trabaja a tiempo parcial por este motivo, frente al 0,2% y 9,1% respectivamente en los hombres.

Por otro lado, la brecha salarial de género ha experimentado una reducción del 35% en términos brutos y del 60% en términos ajustados por jornada desde 2013-2014, situándose en 2023 en el 19,6% bruta y 7,4% ajustada (405 y 178 euros mensuales menos respectivamente). Sin embargo, el estancamiento observado desde 2020 evidencia que persisten factores estructurales como la devaluación social de los cuidados y la segregación profesional por sexos.

Un diálogo social real y plural

En este contexto, las transformaciones tecnológicas, ambientales y la irrupción de la IA deben centrar la agenda sindical. La importancia de un diálogo social real y plural es importantísimo para hacer frente a la magnitud de los desafíos. Además, resulta inadmisible el aumento de la siniestralidad laboral mortal, evidenciando que el crecimiento económico no puede hacerse a costa de la vida de los trabajadores. Las organizaciones sindicales debemos reforzar la presión para que las políticas de empleo garanticen no solo cantidad, sino calidad y seguridad en el trabajo.

El mercado laboral en España necesita medidas urgentes

Desde USO valoramos los datos del mercado laboral de 2024, reconocemos los avances en la reducción de la temporalidad y el dinamismo en la creación de empleo, pero consideramos absolutamente inaceptable que España continúe liderando el desempleo europeo. Los 100.000 empleos juveniles creados no compensan los 700.000 que aún faltan para recuperar niveles pre-crisis, evidenciando el fracaso de las políticas públicas en generar empleo de calidad para nuestros jóvenes.

También, las persistentes brechas de género constituyen una lacra estructural que no podemos tolerar. Que las mujeres ganen 405 euros menos al mes y que una de cada cuatro trabaje a tiempo parcial por obligaciones de cuidados demuestra que España mantiene un modelo laboral obsoleto y discriminatorio. El aumento del 8% en los despidos individuales y el incremento de la siniestralidad laboral mortal son síntomas de un mercado que prioriza los beneficios empresariales sobre los derechos fundamentales de los trabajadores.

Por ello, desde USO exigimos medidas urgentes que se concretan en:

  • políticas activas de empleo ambiciosas con inversión real en formación y transición digital;
  • un plan nacional de conciliación que redistribuya las cargas de cuidados;
  • fortalecimiento de la inspección laboral para combatir la precariedad;
  • y la puesta en marcha inmediata de un diálogo social real que incluya a todas las organizaciones sindicales representativas.

No podemos permitir que el crecimiento económico se construya sobre la precarización laboral. Es hora de que las instituciones escuchen la voz de los trabajadores y actúen en consecuencia.