En el Día Mundial del VIH, USO anima a las personas trabajadoras a denunciar cualquier tipo de discriminación en los centros de trabajo y acabar con ellas

Actualmente el VIH es una enfermedad controlada y cronificada. En la mayoría de los casos, lo que supone a las personas infectadas llevar una vida completamente normal.

Aun así, continúa persistiendo el estigma que persigue a estas personas en el entorno laboral, pudiendo suponer un ámbito más donde se pueda presentar este estigma a modo de discriminación de estas personas trabajadoras.

De ahí, que sea necesario garantizar entornos de trabajo seguros para que no se pueda dar en el ámbito laboral ningún tipo de discriminación o trato diferente a las personas trabajadoras por ningún motivo y, mucho menos, por ser una persona infectada por VIH.

Debemos tener claro, en primer lugar, que no existe ninguna obligación por parte de las personas trabajadoras de informar de si son portadores o no del virus a la hora de optar a un puesto de trabajo ni durante el proceso de selección.

¿La vigilancia de la salud, inicial o periódica, puede incluir la prueba de VIH?

En la vigilancia de la salud se incluyen las pruebas y análisis médicos necesarios para valorar nuestro estado de salud relacionado con el puesto de trabajo que vamos a desempeñar o estamos desempeñando y los riesgos que este puesto tenga asociados.

La prueba de VIH no suele incluirse en estas pruebas diagnósticas. Sin embargo, debemos saber que todas las pruebas y análisis que pueden realizarse tienen carácter voluntario y deben de haber sido informadas previamente. Así, podemos dar o no nuestro consentimiento sabiendo que la negativa no puede ser utilizado como motivo de despido o trato discriminatorio.

Cero discriminación

Dado que pasamos gran parte del día en nuestro centro de trabajo, vamos a compartir tiempo y espacio con compañeros, superiores y subordinados. Por ello, la información que compartimos con ellos, además de ser voluntaria, no puede ser utilizada en nuestra contra en el ámbito laboral. Si fuera así, estaríamos ante una situación de discriminación y/o acoso por circunstancias pertenecientes a nuestra esfera privada.

En caso de vernos en esta situación, o ser testigos de la misma, deberíamos poner en marcha los mecanismos de que disponga nuestra empresa ante este tipo de situaciones. Hay que acabar con ellas, controlarlas y, en caso de ser necesario, tomar las medidas oportunas para que no se repitan en el tiempo.

Desde USO, una vez más, queremos recordar a las personas trabajadoras la defensa de sus derechos denunciando cualquier tipo de situación de discriminación en los centros de trabajo, en este caso por ser portador del VIH. También exigimos a las empresas que dispongan de todos los recursos necesarios para hacer de los centros de trabajo entornos seguros para cualquier persona trabajadora independientemente de sus circunstancias.