En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la ciencia, USO reconoce el trabajo de las científicas y reitera su compromiso en avanzar en igualdad de género, también, en este ámbito

Como cada año, el 11 de febrero conmemoramos el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la ciencia. Sin la ciencia no podemos dar respuesta a los desafíos presentes para frenar el calentamiento global, el impulso a la utilización de energías verdes, así como los impactos presentes y futuros que tendrán las tecnologías en el ámbito laboral, por ejemplo, en el diseño y protección de los derechos laborales ante la inteligencia artificial en los sistemas productivos, o bien, las brechas de género.

Desde USO reconocemos el trabajo de todas las científicas que han contribuido con sus investigaciones a que este mundo sea mejor. Asimismo, reiteramos nuestro compromiso para seguir luchando por avanzar en la igualdad de género en la ciencia e investigación y acabar con la precariedad que condena a las mujeres a situaciones de marginación y estancamiento profesional. Consideramos también esencial, trabajar en el ámbito educativo, fomentando la igualdad y eliminando la reproducción de roles y estereotipos de género que influyen y, en muchos de los casos, condicionan el proyecto de vida de las niñas.

Reproduciendo roles en la educación de las niñas y mujeres

¿Estamos preparando a las niñas para la carrera científica? En una educación tradicional que reproduce roles y estereotipos de género, encontramos que lo común es formar a las niñas en actividades que tienen que ver con el lenguaje o los cuidados. Por ello, la presencia femenina es mucho mayor en las ciencias biomédicas.

Sin embargo, no las estamos formando para matemáticas, ingenierías o física, carreras y áreas que se encuentran masculinizadas. Por ello es necesario que la educación sea inclusiva, libre de roles y estereotipos de género. Además, es imprescindible eliminar sesgos sexistas en la educación e incorporar la perspectiva de género y enfocarla en la igualdad. También, recuperar la memoria de las científicas y destacar el papel de las mujeres en la ciencia resulta una tarea fundamental si queremos proyectar en las niñas el desarrollo de carreras científicas.

En términos generales, la Organización de las Naciones Unidas ha visibilizado la situación de las mujeres en ámbitos científicos:

  • El 33 % de las personas que reciben becas de investigación son mujeres;
  • En las academias científicas nacionales solo un 12 % son mujeres;
  • Solo el 22 % de personas investigadoras dedicadas a la inteligencia artificial son mujeres;
  • En la ingeniería, solo el 28 % de profesionales son mujeres;
  • En informática y computación las mujeres representan el 40 % de las personas graduadas;
  • Las investigadoras suelen tener carreras más cortas y peor pagadas, no son consideradas para ascensos, ni están representadas suficientemente en publicaciones científicas.

¿Qué pasa en España con las científicas?

Para comprender la situación de las mujeres en la ciencia tenemos necesariamente que analizar su posición dentro de las universidades. Para ello es imprescindible referirnos al informe “Científicas en Cifras, 2023”, elaborado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, en el que se destaca:

  • Las investigadoras en España representan un 42 % del total de personal investigador. En el ámbito empresarial, las mujeres investigadoras solo llegan al 31 %.
  • La proporción de mujeres en la carrera investigadora se encuentra casi equilibrada en la escala básica de investigación. Es decir, en el grado D (persona investigadora en etapa predoctoral), representan un 47 % y en grado C (primer puesto de doctor/a de acceso a la universidad), encontramos un 51 % de mujeres.
  • Las mujeres pierden representación conforme avanza la carrera investigadora. En ese sentido, encontramos que en el grado B, en el cual encontramos a personal científico con una carrera más consolidada, por ejemplo, profesorado titular, catedrático/a de escuela, titular de escuela doctor/a, entre otros, las mujeres representan el 44,3 %. Mientras, en posiciones de carrera científica sólida (grado A), en el que se encuentra el funcionariado catedrático de universidad, las mujeres tan solo representan el 25,7 %.
    • De acuerdo con los datos de 2021; las rectoras de universidades eran 19 (25 %) frente a 57 rectores (75 %); las mujeres que ocupan cargos de decanato o de dirección de centro son 333 (37 %), frente a 576 hombres (63 %); los cargos de vicerrectorado y vicedecanato son ocupados en un 43 % por mujeres; la dirección de los departamentos universitarios los ostenta el 34 % de mujeres (790).

Este informe nos revela una infrarrepresentación de las mujeres en el mundo de la investigación. Si bien se han establecido esfuerzos, que han sido impulsados por la legislación, al exigir una participación equilibrada de hombres y mujeres en las universidades, las cifras nos dicen que aún estamos lejos de cristalizar estos objetivos y de romper el techo de cristal en las Universidades.

¿Hay brecha salarial en las universidades públicas españolas?

La brecha salarial de género en las universidades es de un 12,7 %. Si se toman en cuenta complementos salariales, esta brecha se hace aún mayor, ascendiendo al 19,1 %. Estos complementos salariales se otorgan al personal investigador por méritos, participación en proyectos o actividades de investigación, formación o gestión y con base en ellos es en los que se basa la discriminación salarial, según el informe “Brecha Salarial de Género en las Universidades Públicas Españolas”.

Este informe también nos confirma que, en el inicio de la carrera investigadora, los salarios son bastante cercanos entre hombres y mujeres. Sin embargo, conforme avanza la carrera profesional la brecha de género se amplia, situándose en su punto más amplio entre los 30 y 39 años.

En resumen, las niñas y las mujeres en la ciencia encuentran muchos obstáculos en el camino, desde la educación tradicional que con base en los roles y estereotipos de género les dice a las niñas que son mejores para algunas asignaturas que los niños hasta el techo de cristal y el suelo pegajoso, que no permite a las mujeres avanzar en la carrera científica debido a las tareas de cuidados y de ausencia de corresponsabilidad en ellos, que en muchas ocasiones les obliga a elegir entre carrera profesional o la vida personal. Sin mencionar la precariedad laboral a la que se ven condenadas debido a las condiciones institucionales que tienen sesgos patriarcales.

Hemos visto avances en las condiciones materiales de las mujeres en la carrera científica y de investigación, que se han visto impulsadas por las normas en materia de igualdad de género. Sin embargo, a día de hoy vemos a las mujeres en una situación de subordinación y con grandes dificultades para echar a andar en la carrera profesional universitaria.