El 3er Congreso de la Confederación Sindical Internacional (CSI), celebrado entre el 18 y el 23 de mayo de 2014 en Berlín, ha reelegido a la australiana Sharan Burrow para el cargo de Secretaria General. Burrow compitió para su elección con el norteamericano Jim Baker. El brasileño Jõao Felicio (CUT) fue nombrado por unanimidad como nuevo Presidente de la central mundial en la reunión del Consejo General celebrada inmediatamente después de concluirse el Congreso.

Por otro lado, el Secretario de Acción Internacional de USO, Javier de Vicente, ha renovado sus cargos en la CSI como miembro del Consejo General y del Consejo de Administración del Fondo de Solidaridad Internacional.

Durante el desarrollo del 3er Congreso el Secretario General de la USO, Julio Salazar, comenzó su intervención manifestando el apoyo a los trabajadores que sufren de manera especial las injusticias, la pobreza, la guerra, la desigualdad y la falta de derechos, como en Siria, Palestina, Turquía, Ucrania, el Sáhara y tantos otros.

Salazar señaló la importancia de la CSI, movimiento sindical internacional y herramienta con una fuerza y un potencial de solidaridad sin precedentes al servicio de los trabajadores y trabajadoras del mundo.

Al ser Berlín sede de este evento, y símbolo de las políticas de ajuste y austeridad que se están llevando a cabo en Europa, el máximo dirigente de USO abogó por que también sea el contrapunto a estas políticas que fomentan las injusticias reinantes en el planeta, resaltando la situación en España, con 6 millones de parados y con un destrozo humano y social muy importante. También habló del reto de la CSI de crear unos mecanismos que posibiliten una globalización de nueva faz, al servicio del ser humano y del trabajo pleno y con derechos, que frene la desvalorización del trabajo existente, garantice la protección social, los derechos humanos y democráticos y, en definitiva, haga frente a una crisis provocada por especuladores y defraudadores .

Diferentes líderes sindicales se dirigieron al pleno del Congreso para recordar que hoy en día la CSI es la mayor fuerza democrática de oposición y de progreso. En un mundo en el que los ciudadanos han perdido la fe en sus gobiernos, acobardados y muchas veces hasta cómplices del capital, la solidaridad sindical internacional es vital, particularmente para defender los derechos de los más vulnerables: los pueblos oprimidos, las mujeres, los jóvenes, los trabajadores mayores y migrantes, y los del sector informal.

Las crecientes desigualdades producidas por esta crisis también son una amenaza para la paz mundial, que sólo es sostenible si hay Justicia Social. Para asegurar un crecimiento sostenible y equitativo, debemos seguir abogando por el pleno empleo, la economía verde, el trabajo digno, la igualdad de género, la negociación colectiva, la educación y la protección social para todos en unas sociedades democráticas y plurales.