La declaración de la Confederación Europea de Sindicatos pide aumentar las exigencias de reducción de emisiones

El Comité Ejecutivo de la Confederación Europea de Sindicatos ha reclamado a la Comisión Europea una declaración más ambiciosa en sus objetivos de emisiones. En línea con el panel científico internacional, la CES considera deben aumentarse las exigencias de reducción de emisiones de gas horizonte en el horizonte de 2030 para luchar contra el cambio climático.

La Comisión Europea, por su parte, ha elaborado una propuesta de ley para fijar el objetivo de neutralidad de emisiones de carbono para 2050 y una iniciativa sobre el pacto del clima. En ella, pretende congregar a ciudadanía, sociedad civil, industria y autoridades e instituciones europeas, nacionales, regionales y locales. Todos en conjunto para paliar el cambio climático.

USO, junto al resto de los sindicatos de la CES, coincide en que hay que ser más ambicioso en el objetivo intermedio de rebajar las emisiones de gas invernadero para el 2030. Esta rebaja, en lugar de ser de un 40%, debe ser de hasta un 55% menos. Todo ello, para lograr que la temperatura media en el planeta no se incremente más allá de 1,5 grados.

Medidas concretas para una transición ecológica justa que frene el cambio climático

Para implementar medidas de adaptación al cambio climático y de transición ecológica, la Confederación Europea de Sindicatos reclama un incremento del presupuesto europeo hasta alcanzar el 1,3% del PIB comunitario. Ese aporte debe ser financiado con una fiscalidad europea que evite la elusión fiscal de las empresas incumplidoras y recoger el cambio de criterios hacia una economía verde. Además, los sindicatos reclamamos que esa transición sea justa y nadie se quede atrás y cuente con las inversiones correspondientes (Green Deal, Acuerdo Verde).

Por último, la CES, en su declaración, pide que esa Ley contra el Cambio Climático promueva y refuerce un proceso de gobernanza inclusivo, en el cual el diálogo social y los sindicatos tengan un papel clave. Y, por supuesto, que encare la pobreza energética, que afecta al 10% de los ciudadanos europeos.